Arturo Molina Zamora

Clandestinaje en Querétaro

27/12/2012 |01:25Arturo Molina Zamora |
Redacción Querétaro
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La ley que regula el almacenaje, venta, porteo y consumo de bebidas alcohólicas en el estado de Querétaro define el clandestinaje como: “almacenaje, venta o porteo de bebidas alcohólicas, sin contar con el permiso correspondiente vigente, o bien que no correspondan al domicilio del establecimiento o lugar señalado en dicho documento”.

Dicha disposición, con su reglamento, define las reglas de cómo y en dónde se deberá comercializar dicho producto, es decir la forma en que se ofrece al consumidor final en las misceláneas, restaurantes, bares, y un largo etcétera.

El libro segundo del Código Penal para el estado de Querétaro, en su parte especial, establece que el clandestinaje es un delito que se castiga con pena de prisión que va de dos a siete años y hasta 600 días de salario mínimo de multa; lo que a todas luces es insuficiente para el tamaño del problema en la entidad.

Es importante hacer la diferencia de que es grave vender alcohol sin la licencia correspondiente, pero más grave aún es vender alcohol adulterado, que circula en Querétaro cada día más.

El acceso que los jóvenes tienen al alcohol cada día es más sencillo en Querétaro; estamos inundados de promociones que invitan a los jóvenes a consumir este líquido sin que exista ninguna restricción en la mencionada ley, sólo se prohíben las famosas “barras libres”, pero en la práctica esta modalidad es ya rebasada por la realidad.

Podemos ver desde los días lunes establecimientos que buscan atrapar la atención de los jóvenes con estas “promociones” de “pomo gratis al del cumpleaños”, “cinco niñas y pomo gratis”, “paga el primer pomo y los demás al costo” etcétera.

Hace un par de años tuve la amarga experiencia de participar en un operativo contra el clandestinaje, el cual tuvo como resultado el deceso de una persona a las afueras de una bodega que de manera clandestina ofrecía alcohol a los jóvenes; el líquido era preparado en tambos de basura y se mezclaba utilizando un trapeador.

Se logró poner a disposición del Ministerio Público al organizador de la fiesta por el delito de clandestinaje, pero la mayor sorpresa fue que el operativo duró más que lo que esta persona permaneció en la celda.

Este tipo de fiestas no cuentan con las mínimas medidas de seguridad, su convocatoria principalmente por redes sociales, generalmente es en casas que se rentan por ocasión para tal fin.

Es necesario que las autoridades tengan mayores elementos jurídicos para actuar en este tipo de casos y mandar una señal clara a quien busque envenenar a nuestros jóvenes con bebidas de dudosa procedencia, que ponen en riesgo su vida y su salud.

Este es un llamado también para los padres de familia, con el propósito de que alerten a sus hijos de este tipo de fiestas y promociones disfrazadas de fiestas privadas que ponen en alto riesgo a nuestros jóvenes queretanos.

Agradezco sinceramente a todos a aquellos que siguen esta colaboración y me hacen llegar sus comentarios; les deseo un 2013 lleno de salud y logros.

Director general de ArtMol Consultores y Servicios

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