Nuestra amada ciudad, Santiago de Querétaro, no sabe cuidar de sus zonas verdes. Muchas avenidas ostentan camellones que en los planos municipales tienen funciones de jardín, pero que en realidad son depósitos de basura, plantas muertas y tierra yerma; algunos árboles grandes, que han sobrevivido temporadas de sequías y contaminación del aire, son utilizados como postes para colocar anuncios.

Somos nosotros, los ciudadanos, los habitantes de estas calles, quienes descuidamos nuestro entorno y dejamos toda clase de residuos a nuestro paso. Por otra parte, está el incontrolable crecimiento de la zona urbana y la ambición que lleva a funcionarios a permitir cambios de uso de suelo para beneficiar a compañías inmobiliarias que desaparecen parques y jardines para construir viviendas, edificios, centros comerciales y de servicios.

El parque Los Alcanfores es un tesoro vivo. Es un bosque urbano de árboles de alcanfor que fueron plantados hace siglos, por personas comprometidas con la salud de la población, conocedoras de la función terapéutica de sus hojas, que al filtrar el aire dejan un aroma fresco. La madera del árbol da una sustancia cristalina y cerosa, muy preciada en la industria farmacéutica, que produce ungüentos y otros productos tópicos para prevenir o tratar problemas respiratorios. En forma de gel, alivia el dolor muscular, articular, de golpes y esguinces.

Los ejemplares más altos han formado una cortina que detiene los vientos que podrían afectar el Centro Histórico; son un hogar para cientos de criaturas silvestres, nidos para aves y provisión de hojas o ramas para la nutrición de la tierra, que necesita renovarse.

Gracias a una gestión encabezada por el diputado federal Edmundo González Llaca, con el decidido apoyo del gobernador Mariano Palacios Alcocer, el parque fue inaugurado formalmente el 5 de febrero de 1989, por el presidente Carlos Salinas, en presencia de miembros de su gabinete y funcionarios estatales.

Hay que decirlo: los mexicanos dejamos que el gobierno resuelva asuntos fundamentales para la vida de la comunidad, la res pública, y si no lo hace, lo criticamos con acritud desde la comodidad de una sobremesa con amigos. En términos generales, no nos hacemos responsables ni damos los pasos necesarios para crear instituciones no gubernamentales, sin fines de lucro, que resuelvan problemas que a todos nos afectan.

En el caso de Los Alcanfores, varios ciudadanos han solicitado la reubicación de la estación rápida del tren eléctrico, ya que el proyecto actual ha definido el espacio para la terminal dentro del Polígono de Monumentos Históricos y Barrios Tradicionales de Querétaro. De realizarse, afectaría el entorno y no cumpliría con el Programa Parcial de Desarrollo Urbano, que el 25 de octubre de 2018 estableció la reubicación del equipamiento ferroviario y la recuperación del derecho de vía, destinando la superficie liberada a la creación de un parque lineal que conecte las zonas norte y sur del parque, dividido actualmente por las vías del tren, promoviendo la movilidad sustentable y fortaleciendo la integración social y ecológica.

Lo más valioso, para nosotros y las nuevas generaciones, es la salvaguarda del patrimonio, tanto material como intangible, para cumplir con los lineamientos de la UNESCO, que inscribió la zona de monumentos históricos de nuestra ciudad en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, en diciembre de 1996.

Si se reubica la estación del tren eléctrico en una zona que no tenga el valor histórico, paisajístico y ambiental de Los Alcanfores, se hará un doble beneficio: se protegerá el parque y se estimulará el desarrollo de otro espacio.

Lleva a tus niños al parque, armados de guantes y bolsas de basura. Enséñales a dejar un mundo mejor que el que recibimos. El aire perfumado hará bien a sus pulmones.

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