México sabrá en pocos días el nombre de la mujer que los ciudadanos hayan elegido para ocupar la presidencia de la República. Este 2 de junio, por primera vez en la historia, tendremos una mujer presidenta (la Real Academia Española acepta este sustantivo).

La llegada de figuras femeninas al poder ha abierto una brecha en la política global: Angela Merkel, investigadora científica, fue la primera en ocupar la cancillería de Alemania en 2005. Para el 2014, era la mujer más poderosa del mundo.

En mayo de 2024, 28 países son gobernados por mujeres, sin contar a las monarquías. Etiopía, Georgia, Eslovaquia, Moldavia, Tanzania, Kosovo, Barbados, Honduras, India, Perú y Eslovenia son algunos casos. El ejemplo más claro de la capacidad de una persona para llevar el timón de un imperio fue Elizabeth II, poderosa monarca del Reino Unido. También se pueden citar Margrethe II, quien fue reina de Dinamarca y Beatrix, de los Países Bajos.

Argentina, Bolivia, Islandia, Malta, Guinea Bissau, Filipinas, Haití, Nicaragua, Irlanda, Burundi, Sri Lanka, Liberia, Ecuador, Guyana, Letonia, Panamá, Finlandia, Chile, Israel, India, Sudáfrica, Brasil y otros países han tenido jefas de Estado.

La presidenta electa enfrentará retos mayúsculos. Muchas mujeres, al asumir el cargo, adoptan características atribuidas a los hombres: agresividad, confrontación, reactividad impulsiva, enconamiento narcisista y un lenguaje definido por la tozudez; dejan a un lado o disminuyen en su conducta actitudes, valores y propuestas femeninas como la búsqueda del diálogo, la cooperación entre grupos sociales para lograr metas de desarrollo, el cuidado de los vínculos atención a las comunidades menos favorecidas.

Nuestra nación vive un momento crucial. La democracia mexicana, con la alternancia de presidentes de diferentes partidos políticos, tiene la edad del siglo. Es una democracia joven. Las ciudadanas votaron por primera vez en elección presidencial el 6 de julio de 1958, en que resultó ganador Adolfo López Mateos. Los periódicos resaltaron que, a pesar de los vaticinios, “hubo tranquilidad y orden durante los comicios”. Mi madre pudo votar ese día y ha ejercido ese derecho hasta hoy.

Cuando se conozcan los resultados de la elección de 2024, iniciará una etapa marcada por diversas posiciones: habrá quienes busquen la reconciliación entre ciudadanos que atacaron con virulencia a los adversarios. Otros grupos permanecerán en pie de guerra, tratando de pescar en río revuelto. Ese día serán electos los candidatos a 128 senadurías, 500 diputaciones federales, los gobernadores de 9 estados y los presidentes de 1900 municipios. La jefatura de gobierno de la Ciudad de México tiene especial relevancia. En 31 estados se renovará el congreso local.

Los votantes, 98 millones de mexicanos, decidirán en las urnas cuál será el futuro inmediato del país en cuanto a los rubros fundamentales: seguridad, justicia, economía y desarrollo, gestión de la energía, uso de recursos naturales, educación, vivienda, obras de infraestructura, proyección del país y sus valores a nivel internacional.

Lo que no está en duda es la capacidad de una mujer para dirigir este país y devolver la paz, con ello la alegría, a nuestra vida cotidiana.

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