Estábamos en casa de una amiga muy querida, mi hermana del alma. Éramos jóvenes, nos arreglábamos para una boda. Ella me miró, supervisó mi atuendo y me llevó a su habitación, que tiene piso de duela. Hicimos un mueble a un lado, luego quitamos el tapete que estaba debajo del mueble y mi amiga abrió la pequeña puerta secreta para extraer su cofre de joyas.

Después de que los carpinteros colocaron los tablones, su marido, hábil con las herramientas, creó un escondite: un cajón secreto que se abría al levantar dos tablones, mediante una presión aplicada en un punto exacto.

Bajo el piso, se encontraba la caja fuerte que contenía valores y documentos, así como el hermoso cofre con los collares de perlas que habían sido de su madre, anillos, aretes y otras joyas.

Cada ser humano tiene el derecho de poseer una caja para sus joyas: cartas, dibujos, poemas, recuerdos de viaje. Los niños pequeños pueden iniciar una colección de las cosas que más les gusten: juguetes, muñecos de personajes de su película favorita, regalos de cumpleaños, monedas de otros países. Un tesoro que no esté al alcance de nadie más.

Tu hija de seis años, tu nieto de cuatro, se sentirán felices al ser los únicos propietarios de esa caja que ellos guardan en un rincón oculto. Nadie tendrá derecho de meter mano, esa colección no se toca, ni siquiera para enriquecerla. El dueño sabrá qué objetos incluye y a qué hora juega con ellos.

Un adolescente, al hacer planes para la vida, podrá hacer su propia caja de tesoro con objetos de los países que quiere recorrer: mapas, banderas, fotos de sus animales y recursos naturales. A veces, la colección ocupa una pared o un estante. Ese espacio es privado, debe ser respetado. No está sujeto a las normas de decoración de los padres.

En varias bibliotecas, se organizan búsquedas de tesoro literario. Los jóvenes usuarios reciben pistas: los datos del tejuelo. Cuando encuentran el libro, es un premio a su inteligencia y habilidad. A veces, hacen lecturas en voz alta, actúan breves montajes con diálogos de los personajes, pintan murales, cantan, bailan o realizan competencias.

Algunos de los libros preferidos en estos juegos, según la edad de los competidores: El principito, Cien años de soledad, Don Quijote de La Mancha, Romeo y Julieta, Crimen y castigo, Los miserables, En busca del tiempo perdido, 1984, Frankenstein, La metamorfosis, El Lazarillo de Tormes, Rayuela, El tambor de hojalata, El libro de la selva, La isla del tesoro.

Si estás harta de las malas noticias o desilusionada de la política, si no encuentras la salida a la encrucijada de tu vida, apúntate como voluntaria en un museo, conviértete en mediadora de lectura, lee cuentos a tus sobrinos, organiza montajes de teatro en la casa de cultura de tu barrio. Si todavía no hay, funda un organismo para crearla.

En aquella fiesta, me sentí feliz al lucir las joyas de mi amiga, un privilegio de pocas horas. Fue un honor que ella me permitiera usar el collar de su mamá, que al final regresó a su caja de oro, hasta la próxima vez.

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