Una caída en el parque me provocó una fractura en la mano derecha. He pasado tres semanas con el brazo vendado, lo que me obliga a usar la mano izquierda. Para fines prácticos, en estos días soy zurda. Esta condición me lleva a compartir con ustedes algunas reflexiones.
Mientras más conocemos los laberintos de la mente, mejor comprendemos el comportamiento de las personas. El doctor Óscar Prospero García, neurocientífico e investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM, declara: “El estigma social en torno a los zurdos no tiene sustento científico, es una creencia mágico religiosa tendenciosa. Por el contrario, hay que aclarar falsas percepciones. El cerebro humano se caracteriza por su alta especialización. El hemisferio izquierdo controla el segmento derecho del cuerpo. Pasa al revés en un zurdo. La parte que domina su mano es el área derecha, mientras que si la persona usa su diestra, la zona dominante es la opuesta”.
Algunos muebles, como los pupitres de las escuelas y objetos de uso cotidiano como las tijeras y los abrelatas, así como las cámaras de fotografía, están diseñados para facilitar su uso con la mano derecha, de modo que las personas que usan la izquierda tienen que ser más flexibles y adaptables. Realizan esfuerzos constantes para superar las barreras que la vida les presenta.
Hasta hace muy pocos años, los profesores de educación básica obligaban a los niños zurdos a escribir con la mano derecha; les amarraban o maniataban la izquierda, alterando así su propia naturaleza. En algunos lugares, incluso los golpeaban o castigaban por el uso de su mano izquierda. De paso, dañaban su autoestima, al hacerles sentir inferiores a los demás.
De la población mundial, el 10% es zurda, lo que significa que su función de lenguaje y escritura es coordinada por el hemisferio derecho. Hay más hombres que mujeres en esta condición.
Algunos genes organizan nuestro pensamiento, como la familia LRRTM. El hemisferio derecho es más creativo y es la parte más desarrollada en los artistas, que aprecian la realidad en forma global. El izquierdo es más lógico y sistemático. Los matemáticos lo tienen más desarrollado; el lenguaje y la organización de juegos como el ajedrez están ahí.
El doctor Prospero, amable divulgador de la ciencia, comenta en sus artículos que los genes LRRTM tienen que ver con la sinapsis, es decir, la comunicación entre dos neuronas. Esta actividad es indispensable para generar ideas: “Si una sinapsis no está organizada, los pensamientos se vuelven caóticos y pueden generar esquizofrenia”. Por tanto, hay que permitir que los niños cuya mano dominante es la izquierda hagan uso de esa mano en todas las funciones naturales a su condición, sin ser reprendidos.
A lo largo de la historia, en algunas culturas y religiones se creyó que los zurdos estaban influidos por fuerzas demoníacas, lo cual propició una serie de estigmas sociales contra ellos. En latín, la palabra izquierda “sinister” se asocia con la palabra “sinistrum”, que significa mal, o demonio. El diablo suele ser retratado como zurdo.
En el Islam, todo lo que provenga de la mano izquierda se considera impuro. Hasta hace pocas décadas, un hombre japonés se podía divorciar de su mujer, con el único argumento de que ella era zurda. Hasta la década de 1920, en muchos países ser zurdo se consideraba como propensión a la demencia, y en la década de 1960, todavía algunos expertos relacionaban el uso de la mano izquierda con la dislexia.
Grandes personajes de la historia han sido zurdos: Napoleón, Alejandro Magno, Julio César y Beethoven. La ciencia irá borrando los antiguos paradigmas, tan dañinos. Con ganas de asomarse al futuro para comprender mejor cómo pensamos los seres humanos.