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Durante la época neoliberal en nuestro país, los presupuestos se aprobaban por unanimidad pues el poder judicial y el legislativo estaban a las órdenes del ejecutivo, tanto con los gobiernos panistas como con los priistas. Eso es algo atípico, pues, por lo general, las oposiciones tratan de objetar los presupuestos de egresos para orientarlos a rubros en los que ellos invertirían en caso de ser gobierno.

Eso nunca sucedió en los gobiernos priistas y panistas. Siempre fueron cómplices. Los panistas aprobaban alegremente los presupuestos propuestos por el ejecutivo priista y viceversa y esto desde el gobierno de Salinas de Gortari, el padre de las llamadas “concertacesiones” que dieron origen al PRIAN. Con la llegada de la 4T las cosas cambiaron. En México existe una oposición irracional que a todo dice no. Algo nunca visto. Los panistas nunca se pusieron así a las propuestas de presupuesto de Salinas, de Zedillo o de Peña Nieto y los priistas nunca se pusieron, como ahora, en los sexenios de Fox y de Calderón, eran “amiguis”, cómplices, en toda la extensión del término.

Para el próximo año, el poder ejecutivo contará con un presupuesto poco superior a los 9 billones de pesos, de los cuales hay que descontar poco más de un billón de pesos del pago de la deuda pública heredada por los gobiernos irresponsables del PRI y PAN. Así que, en términos reales, el último año del gobierno de López Obrador dispondrá de poco menos de 8 billones de pesos.

Nuestra chafa oposición nunca ha sabido ser oposición. Los priistas nunca fueron oposición real al PAN. Hasta fueron cómplices del fraude electoral panista en las elecciones presidenciales de 2006 en las que se impuso a Calderón y los panistas dejaron de ser oposición desde el sexenio de Salinas de Gortari. Avalaron todas las privatizaciones de Salinas, Zedillo y Peña Nieto.

Por lo tanto, el PRI, por primera vez en su existencia trata de ser oposición. Pero no sabe comportarse. Y el PAN regresa a ser oposición, pero ya se les olvidó cómo hacer eso, pues dejaron de ser oposición desde 1988. Los últimos opositores panistas lo fueron hace 35 años por lo que las nuevas generaciones panistas conviven de manera natural con el neoliberalismo y con los priistas, a los que combatieron desde su nacimiento, en 1939, al oponerse al nacionalismo de Lázaro Cárdenas.

Son verdaderamente ridículas propuestas como la del priista Rubén Morerira cuando propone dejar de pagar los intereses de la deuda del Fobaproa, deuda que ellos mismos generaron, con complicidad del PAN. La verdad, es muy poco seria la oposición que tenemos en México, no están a la altura de la circunstancia histórica que vive nuestro país.

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