Una vez más, la casi segura candidata presidencial por parte de la oposición en México, Xóchitl Gálvez, volvió a cometer una pifia. Ya nos tiene acostumbrados. Pero detrás de cada pifia hay cosas de fondo que vale la pena analizar.

En dos ocasiones Gálvez se ha referido al presidente del PRI, “Alito” Moreno como un político con fuertes connotaciones negativas a grado tal de que señaló que no lo invitaría a gobernar con ella, “hay malos priistas, como Alito”, dijo el pasado 10 de noviembre. Es algo insólito, pues Moreno es el presidente de uno de los partidos que ella quiere que la postule como candidata a la presidencia de la república.

Tales lapsus en realidad lo que demuestran es que Gálvez no sabe ni en dónde está parada. Está sumergida en un mar de contradicciones. Apenas en 2017 rompía piñatas con el logo del PRI y los acusaba de ser delincuentes y de todo tipo de tropelías para posteriormente terminar en la sede del PRI presumiendo que su padre había muerto como priista.

El pasado 12 de noviembre, con el fin de congraciarse con el PRI, Gálvez en un supuesto “informe” como senadora, quiso recordar las palabras del candidato presidencial del PRI, asesinado en 1994, Luis Donaldo Colosio al señalar que millones de mexicanos seguían teniendo “hambre de sed” y esto lo repitió varias veces. Lo raro es que esto lo estaba leyendo, tan es así que, descontrolada, en medio de su discurso dijo “la Ipad, la Ipad”.

El evento del 12 de noviembre, en el Monumento a la Revolución, era su presentación pública como precandidata de la oposición por lo que debería tener todo bien preparado.

Gálvez hizo un discurso con muchas incoherencias: “si alguien me hubiera preguntado cuando yo era una niña qué quería ser cuando fuera grande, no hubiera podido contestar” y justifica con algo incoherente ¡“motivos y obstáculos no me faltaron”! y siguió con las incoherencias “la verdad de las cosas es que lo he intentado más de una ocasión” (sin señalar a qué se refiere o qué es lo que ha intentado) para continuar “y ya se me fue el discurso” y comenzó con sus clásicas risitas nerviosas que duraron varios segundos. Luego de su evidente descontrol siguió con su discurso señalando que “como ya no hay discurso, voy a improvisar”, seguramente en referencia a algún discurso escrito que se le desapareció.

Si ella escribió su discurso pues lo hizo mal y si alguien más se lo escribió pues se lo escribieron mal o ella lo leyó de manera pésima. Verdaderamente bochornoso para alguien que quiere gobernar un país.

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