El pasado 13 de noviembre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por unanimidad, resolvió rechazar siete recursos interpuestos por el Grupo Salinas (cinco relativos a Elektra y dos a TV Azteca) con el fin de evadir el pago de poco menos de 48 mil millones de pesos. Con esta determinación de la SCJN quedan firmes las sentencias previas de autoridades administrativas, del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y de tribunales colegiados con respecto a la resolución original del SAT del monto a pagar.
El jueves pasado se cerró un ciclo que comenzó en 2008, es decir, hace 17 años, ciclo en el cual el Grupo Salinas se dedicó a interponer una serie de recursos judiciales, uno tras otro, ante todos los tribunales y autoridades posibles con el fin de no pagar los impuestos a los que estaba obligado. En los casos en que uno o varios juzgadores no le dieran la razón, el Grupo pedía que dicho o dichos juzgadores ya no participaran en nuevas resoluciones alegando intereses personales. En el ciclo se interponían nuevos juicios, recursos, amparos y solicitudes de impedimento para retrasar indefinidamente la resolución de los asuntos. Este fue el modus operandi del Grupo Salinas con el fin de evadir el pago de impuestos.
La resolución del jueves es apenas una parte de los 32 litigios del Grupo con el fin de no pagar 74 mil millones de pesos. Sólo tres casos relevantes implican 61 juicios y recursos interpuestos.
Por más que se victimice Ricardo Salinas Pliego, la realidad es que los adeudos fiscales corresponden a los sexenios de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, pues van de 2008 a 2013.
Por más que Salinas Pliego se queje de animadversión de la actual SCJN, la realidad es que todas las resoluciones en su contra fueron tomadas por el anterior poder judicial. Así que no se trata de ninguna “persecución política” como alega, de manera ridícula.
La realidad es que con la llegada de un nuevo poder judicial se le acabó a Salinas la posibilidad del tráfico de influencias y de las chicanadas jurídicas con el fin de no pagar, tal y como hacemos todos los ciudadanos.
Atrás quedaron los tiempos de la anterior SCJN, cómplice de las chicanadas de Salinas, como cuando el ministro Luis María Aguilar escondió durante 10 meses uno de los expedientes de Salinas para ayudarlo a alargar cualquier tipo de resolución.
Al haber llegado el caso a la SCJN, ya no hay ninguna otra instancia legal a la que Salinas pueda recurrir, por lo que no le queda de otra mas que pagar y entre más rápido lo haga, mejor, de otra manera el monto de la deuda se irá incrementando.
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