A la llegada del gobierno de la 4T, a finales de 2018, como por arte de magia, integrantes del PRIAN y sus corifeos se convirtieron, de la noche a la mañana, en supuestos “ecologistas” y comenzaron a criticar todos los proyectos del sector energético del gobierno federal, usando argumentos en los que, aparentemente, mostraban “preocupación” por el ambiente y por el cambio climático.
Sin embargo, dato mata relato. El PRIAN ha gobernado este país durante décadas. No se trata de partidos de oposición que no hayan gobernado y que quieren gobernar. Se trata de partidos que ya fueron gobierno y que quieren regresar al poder. Por lo tanto, es posible valorarlos por lo que hicieron mientras estuvieron en el poder.
De manera bastante rupestre el PRIAN y sus aliados comenzaron a pontificar, desde principios del sexenio pasado, sobre las energías “limpias”. Para empezar ningún tipo de energía es limpia, todas tienen en mayor o menor grado una huella de carbono. El término correcto es hablar de energías renovables.
En segundo lugar, y de manera “extraña”, cuando los prianistas hablan de energías “limpias” sólo se refieren a las energías eólica y solar. Nunca mencionan a otras energías renovables, consideradas a nivel mundial, como las energías hidráulica, geotérmica, biocombustibles, mareomotriz, centrales de cogeneración o incluso la nuclear.
Si los del PRIAN estuvieran verdaderamente interesados en las energías solar y eólica deberían explicarnos por qué al final del sexenio del priista Peña Nieto sólo 4.6 por ciento de la energía eléctrica producida en México provenía de tales fuentes, mientras que el restante 95.4 por ciento provenía de otras fuentes. Esto desnuda totalmente al PRIAN. Ni les interesa ni les interesó, cuando fueron gobierno, producir energía eléctrica usando el sol y el viento.
Tampoco pueden alegar los del PRIAN que las tecnologías asociadas a las energías solar y eólica son nuevas. Pues ya desde 1984 comenzó a detonar, en Dinamarca, la energía eólica y la solar desde 1983, en Estados Unidos. Tuvieron seis sexenios, neoliberales, para invertir en este tipo de energías, pero no lo hicieron.
Por si fuera poco, la gran mayoría de ese 4.6 por ciento de energía eléctrica en México, proveniente del sol y del viento, era generada por empresas transnacionales extranjeras, no por CFE (en manos de los gobiernos del PRIAN) ni por Luz y Fuerza del Centro (la que por cierto desapareció el gobierno panista de Felipe Calderón).
Los proyectos de energías renovables en dos sexenios de gobiernos de la 4T superan todo lo que hicieron los gobiernos del PRIAN en seis sexenios.