Señalamos en una entrega previa que el proyecto Batán, del gobernador Mauricio Kuri, es una real amenaza para la salud pública en la zona metropolitana de la capital, al pretender que las y los habitantes consumamos y usemos agua proveniente de aguas residuales tratadas, tratando de violar la norma de la Secretaría de Salud NOM-127-SSAI-2021 que prohíbe el uso de aguas residuales tratadas para uso y consumo humano, dada su alta peligrosidad para la salud de las personas.
Pero hay otro aspecto que es importante resaltar: el altísimo costo del proyecto, que pasó de costar mil 500 millones de pesos en enero de 2024 a 41 mil millones de pesos en junio de este año. Un crecimiento descomunal de 27 veces.
Para dimensionar el significado de 41 mil millones de pesos, podemos comparar esta cifra con los presupuestos anuales de 2025, de varios estados de la república. Esa cifra supera los presupuestos de ocho estados: Colima (23 mil millones), Baja California Sur (25 mil millones), Campeche (26 mil millones), Tlaxcala (28 mil millones), Nayarit (30 mil millones), Aguascalientes (37 mil millones), Morelos (38 mil millones) y Zacatecas (40 mil millones). Presupuestos anuales de estados completos que son menores al costo de un solo proyecto en Querétaro.
El costo del proyecto Batán es también cercano a los presupuestos anuales de 2025 de Durango (48 mil millones) y de Quintana Roo (51 mil millones) y equivale a las dos terceras partes del presupuesto anual de Querétaro 2025 (62 mil millones).
Dicho costo supera al costo de este año de 37 proyectos estratégicos de la Conagua (30 mil millones). Equivale a seis veces la inversión de este año del Programa Nacional de Tecnificación (7 mil 700 millones) que implica la tecnificación de 17 distritos de riego, el Plan Tabasco y el programa de subsidios hidroagrícolas.
Dicho costo es el doble de la inversión de este año de la Conagua para 17 proyectos prioritarios, para obras de mantenimiento a la infraestructura y para el programa de agua potable, drenaje y tratamiento (22 mil millones de pesos).
Las comparaciones anteriores muestran claramente que el proyecto Batán es un proyecto increíblemente costoso y que, en caso de aprobarse, nos dejaría una deuda enorme para los siguientes 30 años. ¿En caso de aprobarse, quiénes se harían responsables daños a la salud pública? ¿Quiénes se harían responsables de que no se invirtieran mil 500 millones de pesos anuales en otros rubros por estar pagando una deuda durante décadas?
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