La oposición en México (partidos políticos, personajes, medios de comunicación, comentócratas, etc.) utilizó la tragedia provocada por las lluvias en la huasteca y zonas aledañas, a principios de octubre, para una vez más, salir a defender un oscuro e ineficiente fideicomiso, el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), creado por el priista Ernesto Zedillo en 1996 y desaparecido en 2021 por el presidente López Obrador (AMLO).
Dentro de las narrativas más absurdas, irracionales e hilarantes, está la de que el desastre en la huasteca se originó por la desaparición del Fonden, como si hubiera una dependencia directa entre la existencia de un fideicomiso y la cantidad de agua caída en un lugar determinado. Si así fuera, ya se habría resuelto a nivel mundial, el problema de las inundaciones: bastaría que cada país tuviera un fideicomiso y como por arte de magia dejaría de llover intensamente.
Una narrativa más elaborada, pero igual de chafa, es la que asocia la existencia de un fideicomiso a la existencia de recursos para afrontar las consecuencias de un desastre natural.
La desaparición del Fonden no implicó la desaparición de recursos para atender desastres naturales, simplemente cambió la forma de distribuir dichos recursos. En lugar de que fueran a parar a un fideicomiso, los recursos se ejercen directamente desde el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
En efecto, la desaparición del Fonden quedó plasmada el 27 de julio de 2021, por lo que, si esa desaparición hubiera implicado la desaparición de fondos para desastres naturales, en los PEF de 2022 a 2026 no se habrían presupuestado recursos para ese rubro.
Sin embargo, en cada uno de esos años, se destinaron recursos para desastres naturales. En 2022, 8 mil 423 millones de pesos; en 2023, 25 mil 110 millones; en 2024, 15 mil 554 millones; en 2025, 18 mil 900 millones y para 2026 se presupuestaron 19 mil 849 millones.
Sin Fonden, en el sexenio de AMLO se destinaron 15 mil millones para atender las consecuencias del huracán Otis, en 2023 y 6 mil millones para las del huracán John, en 2024.
Esta información es pública, por lo que cualquier periodista o comentócrata la puede consultar y las y los diputados federales de los partidos de oposición la deben conocer muy bien, pues participaron en la discusión y en la aprobación de los presupuestos mencionados.
Así que es una soberana tontería, además de una flagrante mentira, afirmar que la desaparición de un fideicomiso implicó la desaparición de fondos para atender las consecuencias de desastres naturales en México.
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