Ángel Balderas

15N, la marcha de los perdedores

La marcha del pasado 15 de noviembre, en Ciudad de México, dejó más que evidentes varias cosas: no fue una marcha de jóvenes, ni pacífica, ni apartidista, ni democrática.

Desde la convocatoria fue evidente que detrás de ella estaban los partidos que perdieron las elecciones el año pasado de manera estrepitosa, el PRIAN.

En esa marcha se pedía la revocación de mandato de la presidenta, elegida en junio de 2024 de una forma legal, legítima y democrática. Al exigir la revocación se evidencia un profundo espíritu antidemocrático de querer revertir en las calles lo que no se ganó en las urnas y más sabiendo que detrás de la organización estaba el PRIAN.

Es absurdo exigir la revocación en noviembre de este año, cuando la presidenta apenas tomó posesión el primero de octubre de 2024, hace poco más de un año. Y más absurdo que los partidos perdedores azucen a sus huestes a solicitar tal despropósito.

En junio del año pasado vivimos un proceso electoral en el que Morena y aliados arrasaron en las elecciones presidenciales ganando en 31 de los 32 estados, la presidencia con 36 millones de votos por 16 millones para la candidata del PRIAN, una diferencia de 20 millones.

En junio de 2024, Morena y aliados ganaron las elecciones en 256 de los 300 distritos electorales federales (el 85 por ciento), 30 de las 32 senadurías de mayoría relativa (el 94 por ciento), siete de las nueve gubernaturas en disputa y la mayoría en 27 de los 32 congresos estatales (el 84 por ciento). Con estos resultados tan contundentes es absurdo el grito de “fuera Morena”.

Por eso la marcha promovida por el PRIAN fue una marcha de perdedores que no saben perder por lo que, de manera antidemocrática, hoy quieren revertir esos resultados y además usando la violencia.

En junio de 2024, el PAN sólo obtuvo el 16 por ciento de la votación y el PRI sólo el 9.5 por ciento. Es decir, el PRIAN obtuvo apenas un 25 por ciento de los votos.

Un año después el apoyo al PRIAN ha disminuido, tal y como se muestra en la última encuesta publicada por Enkoll, el 1 de octubre, en la que sólo el 14 por ciento del electorado se identifica con el PAN y sólo el 6 por ciento con el PRI. Es decir, apenas un 20 por ciento se identifica con el PRIAN. En tan sólo un año, el PRIAN pasó de representar a uno de cada cuatro ciudadanos a representar a uno de cada cinco.

Estos perdedores son los que promovieron la marcha. Si quieren llegar al poder de manera democrática deberían prepararse para las elecciones de 2027.

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