Como lo leyeron arriba, es tanta la gente que va por su propio impulso —o porque la mandan—, pero lo cierto es que hay una iniciativa popular para que La Ingada –como le llama el cronista de Coahuila, Catón— reciba el reconocimiento de Sectur como Pueblo Mágico. Los méritos son muchos:
—Es un lugar de fácil acceso y barato pero de difícil salida; cualquiera te manda allí pero casi siempre optas por ir.
—Es un lugar plural porque lo mismo mandan a machotes de cantina, golfas de antro, vagos de billar, gays, transexuales, políticos, abogados, comerciantes, americanistas, árbitros, vividores, feos, bonitos, carilindos, gordos, flacos, malhechos, morenos, güeros, feministas retrógradas usuarias de redes sociales, etc.
—Es un sitio democrático pues llegan para instalarse en él panistas, priyistas, perredistas, aliancistas, naranjas, morenos y otros esperpentos.
—Ofrece una hermandad muy auténtica porque casi todos los habitantes son hijos de la misma progenitora; es decir, es muy familiar.
—Fortalece nuestra identidad nacional porque casi todos los chingados son mexicanos.
—No te piden pasaporte, visa, o cualquier otro documento migratorio, tampoco IFE o INE ni pagas casetas.
—El viaje es muy rápido si llevas puestas zapatillas de ballet.
—La señal de celular y de internet son de ahí, porque están de la ching…
—Si eres pobre, fodongo, feo, gordo, prieto y desempleado el trámite es rapidísimo porque cualquier mujer te manda allí.
—Muchos burócratas estatales y municipales fueron mandados allí gozando de vacaciones permanentes desde el pasado octubre de 2015.
—Es el sitio más mentado en cualquier plática de cantina, café, restaurante y corrillo político.
—El camino o ruta no tiene señalamientos porque no hacen falta, es un lugar universalmente conocido que se usa incluso como referencia de lejanía. Cerrando los ojos llegas.
—Octavio Paz, uno de los más grandes literatos del siglo XX y ganador del Premio Nobel le dedicó un estudio muy profundo y nadie se espantó de su prosaico nombre, que tiene su origen en doña Malinche o Marina cuando Hernán Cortés la sedujo y luego la abandonó.
—Casi todos los humanos la hemos ido a visitar alguna vez, sobre todo cuando somos necios en quereres o metidos a políticos.
—Por más que muchos pasajeros son enviados para allá no se estrangulan las vías de acceso como en mi Querétaro, ciudad sitiada.
—Para llegar no te estorba el paso una señora fodonga, con tubos en la cabeza, que se va pintando y fumando y llamando por celular al mismo tiempo que conduce su camionetota de ocho o doce cilindros y se estaciona en tercera fila para lograr meter a sus escuincles hasta el mismísimo salón de clases.
—Para salir de allí (La Ingada) se requiere de psicólogo, psiquiatra, terapeuta, cantinero, confesor o pastor.
—Los principales gestores de viajes ipso facto son mujeres hermosísimas, de apellido aristocrático y millonarias, pero también el maestro Aurelio Olvera Montaño y el gran cantinero Eugenio El Negro Ángeles Mendoza.
—No requieres obtener Apps ni Tags ni elaborar solicitud para ser admitido, basta con que alguna alma caritativa te mande.
—Los envíos a este pueblito mágico pueden ser grupales o individuales. Verbigracia: Diego Foyo de López mandó para allá a todo el PRI en fechas recientes.
—El viaje es tan inmaterial, sin espacio ni tiempo, que a veces es como el paso al más allá: crees que estás en el aquí pero hace mucho que te mandaron para allá y ni cuenta te has dado.
—No es necesario que te manden, tú te puedes ir para allá si así lo decides, pero el viaje es más largo a diferencia de cuando te mandan directito y sin escalas. Nunca te pierdes, llegas porque llegas.
—Aunque no hay horarios prestablecidos para irte o para que te manden, sí hay mayor flujo de envíos cuando pierdes una elección o a las tres de la mañana desde un bar donde das lata o no pagas o al llegar tarde a tu casa o al ser recibido por tu señora oliendo a jabón chiquito o a marisco de otro hogar y con la camisa pintada como si te hubiera dado un beso Brozo, el payaso tenebroso.
—Dichos envíos a La Ingada casi siempre violentan los Derechos Humanos porque casi nunca te dan garantía de audiencia, es como vas.
—La avenida y zona más nice y eternamente de moda, a donde van a parar los enviados más famosos, es “La Quinta Chingada”, pero es este lujoso un resort para clientes muy pero muy VIP.
Cronista del estado de Querétaro