La discusión para la aprobación de la nueva Ley de Telecomunicaciones desató una campaña de desinformación orquestada por la oposición, quienes demuestran que están desesperados por atención, pero, quiero preguntarles algo: ¿Por qué temen tanto a una ley que protege a las víctimas?
Mientras PAN y PRI gritan con altavoz (literalmente) “censura” y “espionaje”, yo veo JUSTICIA DIGITAL PARA LAS MUJERES que viven en el infierno del acoso.
Como defensora de los derechos de las mujeres, entiendo perfectamente por qué esta nueva legislación representa un escudo tecnológico para nosotras. No se pierdan en el discurso de los que “alegan” que se espía a las personas, pensemos en las vidas que se salvarán, en la seguridad que nos da a nosotras saber que los procesos por fin nos beneficiarán.
La realidad es aplastante, pues siete de cada 10 mujeres hemos experimentado algún tipo de violencia en México; el acecho digital, el ciberacoso, las amenazas virtuales, por ejemplo. Aquí me gustaría hacerles una pregunta: ¿acaso no merecen respuesta del Estado? ¿prefieren que sigan acosándonos, persiguiéndonos… desapareciéndonos? La Ley de Telecomunicaciones no espía: localiza agresores. No censura: silencia violentadores. No vulnera derechos: los protege.
Valeria, la mujer cuyo nombre inspiró a otras mujeres para luchar contra el acecho. ¿No habría sido diferente su historia si hubiéramos tenido herramientas digitales para rastrear a su agresor? Sólo cinco estados se preocupan por nosotras, sólo cinco han aprobado la “Ley Valeria”, pero ahora tenemos una oportunidad histórica de revolucionar la legislación en nuestro estado. El acecho es una actitud persistente, es un patrón de violencia que antecede a crímenes mayores y puede escalar a violencia física e incluso sexual. Los mismos que critican la geolocalización de celulares son quienes han guardado silencio ante feminicidios. Los mismos que hablan de “derechos digitales” son quienes nos han negado derechos fundamentales a las mujeres.
La tecnología no es neutral. Puede ser un arma en manos de depredadores o un escudo en manos de la justicia. Nosotros elegimos convertirla en aliada.
A las mujeres de Querétaro les digo: esta ley llega para quedarse. A los detractores: su resistencia sólo confirma que vamos por el camino correcto. ¿Espionaje? No. Justicia digital. ¿Censura? No. Protección real.
Porque cuando la tecnología se pone al servicio de la justicia, las mujeres dejamos de ser víctimas para convertirnos en ciudadanas protegidas. Gracias Valeria Macías, gracias Beatriz, Diana, Juliana, Guadalupe, Mariana, Adriana… Gracias a todas.