Esta semana ha sido una de las más emblemáticas de la administración de la Presidenta; marcó un momento decisivo en la agenda legislativa nacional, particularmente en materia laboral (es justo hablar de ello precisamente en el marco del Día del Trabajo), reafirmando el compromiso del gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum con la justicia social y la dignificación del trabajo. Mientras miles de trabajadores celebrábamos el Día Internacional del Trabajo, en el Congreso de la Unión se trabajaban iniciativas que responden a una lucha histórica de la clase trabajadora: la reducción de la jornada laboral.
La discusión sobre disminuir la jornada de 48 a 40 horas semanales ha tomado fuerza nuevamente tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, lo cual es importante ya que se trata de los derechos laborales de cientos de miles de personas de nuestro país. Si bien es cierto que se visualiza una estrategia complicada, es importante no quitar el dedo del renglón, pues implica exponer a los empresarios y dueños de medios de producción, el por qué los trabajadores tienen derecho a una jornada laboral mas corta y como les beneficia.
Esta reforma no sólo representa una promesa cumplida, sino también una visión progresista del trabajo en el siglo XXI, donde el bienestar físico y emocional del trabajador se coloca al centro. Además, se integran nuevas licencias, como permisos por duelo o revisiones médicas preventivas, lo que posiciona a México en una nueva etapa de legislación laboral más humana y empática.
Querétaro, con su creciente población trabajadora en los sectores automotriz, tecnológico y de servicios, se verá directamente beneficiado. La reducción de horas sin merma salarial permitirá a miles de queretanos equilibrar su vida laboral y personal, fortaleciendo el tejido social y mejorando la productividad. Es una oportunidad que también abre la puerta a mejores condiciones para estudiantes, trabajadores y madres de familia, sectores históricamente rezagados.
Todas estas propuestas y esfuerzos forman parte del modelo de desarrollo que impulsa la presidenta Sheinbaum, donde el crecimiento económico no está “peleado” con el bienestar social. A pesar de las resistencias del bloque conservador, que sigue defendiendo intereses empresariales por encima del bienestar colectivo, la voluntad popular expresada en las urnas en 2024 se refleja ahora en el Congreso.
Ya es momento para que, en nuestro estado, los legisladores locales nos sumemos a esta transformación con reformas complementarias que garanticen condiciones dignas para los trabajadores. La Cuarta Transformación está demostrando que sí es posible construir un México más justo desde lo legislativo y en Querétaro no nos vamos a quedar atrás.
Aunque a los de “enfrente” no les guste.