El 5 de febrero, día en el que se conmemora el aniversario de la Constitución de 1917 el Presidente en un recinto histórico presentó una serie de reformas, 20 para ser exactos, con la finalidad de regresarle a nuestra Carta Magna su sentido social y humanista.
Como es costumbre la oposición está escandalizada con dichas reformas, alegan que el mandatario federal lo que quiere es destruir nuestra Constitución, sin embargo, se les olvida que en 1917 nuestra Carta Magna era la Constitución más progresista de la época, poniendo a nuestro país como un país de avanzada, pues después de tantas luchas sociales los diputados de esa época llevaron al Teatro de la República las demandas de las clases trabajadoras de nuestro país y digo era porque la Constitución ha sufrido una serie de reformas que la han llevado a perder su sentido social, humano y progresista.
La propuesta del Presidente retoma los Sentimientos de la Nación de manera especial, en las siguientes demandas sociales: Moderación de la opulencia, elevación del salario, que la educación sea igual para todos, laica, gratuita y de calidad, que exista una verdadera división de poderes, que la soberanía nacional sea una prioridad y que se eliminen los fueros y privilegios.
La primera reforma tiene que ver con el reconocimiento de los pueblos y las comunidades indígenas como sujetos de derecho público, preferentemente por ser los habitantes más antiguos, a fin de consultarles al respecto de obras que puedan afectarlos y darles legitimidad jurídica para que puedan promover acciones de inconstitucionalidad cuando sus derechos sean afectados por alguna autoridad.
La segunda tiene por objeto que las pensiones a los adultos mayores sean otorgadas a partir de las 65 años y que las pensiones para las personas con discapacidad sean derechos constitucionales y que aumenten anualmente; en la tercera se busca que se otorguen becas a estudiantes de familias pobres de todos los niveles; la cuarta que la atención médica sea integral y gratuita para toda la población; la quinta que los trabajadores tengan acceso a una vivienda, que puedan comenzar rentando y después poder adquirir el bien; la sexta prohíbe el maltrato animal; la séptima busca que se regule el maíz transgénico y no se otorguen concesiones mineras a cielo abierto; la octava que se respeten las zonas con escasez de agua y ésta sea únicamente usada para consumo humano.
La novena prohíbe el comercio de vapeadores y de drogas químicas como el fentanilo; busca penalizar el delito de extorsión que lleva a cabo la delincuencia organizada y hacer lo mismo con el delito fiscal ejercido por la delincuencia de cuello blanco mediante el uso de factureras; con la décima se busca que el aumento al salario mínimo no sea menor a la inflación anual; la onceava busca que el salario mínimo de las maestros de educación básica, policías y guardia nacional no sea menor a lo que perciben los trabajadores inscritos.
En la doceava se propone revertir las reformas de pensiones de 1997 y 2007 ya que afectan injustamente a trabajadores del IMSS y del ISSSTE; en la decimotercera se busca garantizar a los mexicanos el derecho a la educación y al trabajo; la decimocuarta tiene por objeto que todos los campesinos que quieran cultivar sus tierras sembrando árboles frutales y maderables cuenten con un jornal seguro justo y permanente, como sucede en el programa sembrando vida; la décimo quinta establece que las vías férreas concesionadas a privados volverán a ser usadas para transporte de pasajeros.