Andrea Tovar

Opinión. La ciudad que merecemos: un Querétaro con orden y visión

¿Qué hay de la falta de alumbrado público en colonias como Francisco Villa o El Salitre?

Foto. Archivo El Universal

Hoy me dirijo a todos los que compartimos el sueño de una ciudad próspera y equitativa. No hay nada más valioso que nuestra casa, nuestro patrimonio, nuestro Querétaro, y cada día es una oportunidad para construirla mejor. Desde esta tribuna, he tenido la oportunidad de ver y escuchar de cerca las necesidades de las personas que habitan —principalmente— nuestro primer distrito, un mosaico de realidades donde coexisten la modernidad, pero también el abandono.

En los últimos días, se anunció una inversión de más de 80 millones de pesos en espacios deportivos y 10 millones para la rehabilitación del Parque Bicentenario. Sin duda, son obras que, suenan bien y, de hecho, se debe reconocer la preocupación por las personas que dedican parte de su vida al deporte, pero permítanme preguntarles: ¿qué pasa con las colonias de nuestro distrito que hoy siguen esperando servicios básicos? ¿Qué hay de la falta de alumbrado en colonias como Francisco Villa o El Salitre, de los baches que plagan las calles en Peñuelas, o de la incertidumbre que viven las comunidades de Santa Rosa Jáuregui, de Carrillo Puerto o de colonias de Epigmenio González?

Parece que la prioridad está en las “obras de relumbrón”, mientras las necesidades de la gente se quedan en el olvido. La lluvia no espera. Hoy, que el cielo está despejado, es el momento de actuar, no cuando el agua ya nos llegue al cuello y las calles estén intransitables. La inacción es una decisión, y sus consecuencias las pagamos todos.

Se habla mucho de un plan que conlleva orden en la administración actual, pero el orden, el verdadero orden, no se decreta, se construye desde los cimientos. Se construye con servicios públicos eficientes, con calles sin baches, con drenajes que no colapsen y con una distribución justa de los recursos. Se construye en cada colonia, en cada barrio, en cada comunidad.

Nuestra posición en la Legislatura estatal nos enfrenta a una imposibilidad jurídica para incidir de manera directa en las obras de los municipios de la entidad; como representantes, podemos proponer, señalar y, en el mejor de los casos, gestionar, pero la responsabilidad y la ejecución de todos los proyectos recae directamente en la administración municipal. Nuestro compromiso es hacer visible lo que muchos prefieren ignorar, y ser la voz de aquellos que no son escuchados.

El Querétaro que merecemos no es una ciudad de contrastes, donde unos pocos lo tienen todo y la mayoría vive con carencias. El Querétaro que merecemos es uno donde el progreso llegue a todos por igual, donde cada peso invertido se refleje en una mejor calidad de vida, sin importar en qué colonia vivas. Estoy segura de que la grandeza de Querétaro no reside únicamente en sus parques o en sus anuncios espectaculares, sino en su gente.

Y es a su gente a la que debemos servir con un verdadero orden y con una visión que nos incluya a todos. Debemos trabajar por el Querétaro que todos anhelamos.

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