El pasado 22 de febrero el INEGI, informó que la tasa de desocupación a nivel nacional en enero de este año fue de 5.42% de la Población Económicamente Activa (PEA), siendo el más alto desde hace 16 meses y superior al que se presentó en el mismo mes de 2012, cuando se situó en 4.90%.

Más desempleo que en el mismo mes del año pasado, con la gran diferencia de que en enero de 2012 todavía no se había aprobado la Reforma a la Ley Federal de Trabajo, en la que se contempla el pago por hora, la legalización del “outsourcing”, limitar el pago de salarios caídos, eliminar el escalafón ciego, flexibilizar horarios y mano de obra, en resumen, precariza el empleo.

Cuando miles de trabajadores en todo el país nos manifestamos en contra de esta reforma por considerarla lesiva a los intereses de los trabajadores, el PRI y el PAN, ignorando la voz de aquellos que se dicen representar, la votaron a favor.

Contra lo que argumentábamos en ese momento, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social aseguraba que esta reforma sería el parteaguas para la vida laboral en México; afirmaba que las buenas condiciones macroeconómicas del país aunado a la reforma laboral tan esperada, se aseguraría una mayor generación de empleos, más que en el 2012, por lo que solo se podía esperar un impacto positivo.

Contrario a lo anterior, apenas la evaluación del primer mes del año arroja como resultado que cerca de dos millones 748 mil personas se encuentran sin empleo u ocupación en los mercados formales o informales de la economía.

Si el planteamiento es que las reformas estructurales aunadas a la política de estabilidad macroeconómica son las condiciones necesarias y suficientes para generar crecimiento económico sostenido y para satisfacer las demandas y necesidades nacionales, todo indica lo contrario.

Estas políticas responden a los intereses de organismos internacionales como el FMI y el BM, que a su vez cuidan los de los grandes capitales establecidos en las empresas transnacionales; buscan reducir la inflación y aplicar la disciplina fiscal a costa de sacrificar el crecimiento económico y de acentuar la extranjerización de la economía nacional, ya que estos parámetros actúan a favor de quien controla la moneda, a sabiendas de que esto nunca va a ser una palanca de crecimiento.

Estas políticas atentan contra las ganancias en la esfera productiva y contra la disponibilidad crediticia porque disminuyen el mercado interno y aumentan el déficit de comercio exterior, lo que al final da como resultado el freno de la actividad económica, lo que está sucediendo en México.

En el Partido del Trabajo estamos convencidos de que éste es un tema de primerísima importancia, para comprender mejor lo que sucede en nuestro país, es por eso que junto con los jóvenes del Frente Civil Queretano nos dimos a la tarea de invitar a un experto en la materia, el doctor Arturo Huerta González, licenciado en Economía por la Universidad de Nuevo León, 1974, maestro en Ciencias Económicas, por la Universidad de Chile, y doctor en Economía, por la Facultad de Economía, UNAM, 1986. Además, tiene nivel 3 en el Sistema Nacional de Investigadores, e investiga Financiamiento del Desarrollo Económico en México; Inestabilidad Financiera; Política Fiscal; Política Monetaria y Tipo de Cambio.

Estará con nosotros este jueves 28 de febrero, a las 18:00 horas, en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ. A los lectores de El Universal, una invitación para que nos acompañen en tan importante evento.

Comisionada Política Nacional Partido del Trabajo Querétaro

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