Ante la incertidumbre arancelaria y la posible disrupción de la cadena de suministro la única estrategia viable que tenemos a la mano es la colaboración entre todos los agentes económicos que participan en el sector, ya sea región, estado o parque industrial, es evidente que ante una crisis mayor todos saldremos afectados, compradores, vendedores, importadores y exportadores, productores locales, fuentes de empleo e inversionistas.
Sin embargo, sabemos que existen restricciones para una cooperación empresarial: La competencia desleal; la confidencialidad y protección de datos; diferencias culturales y organizacionales; riesgos legales y regulatorios; desconfianza y falta de comunicación; objetivos y prioridades diferentes así como recursos limitados, y seguramente podrán existir más limitantes que impiden una abierta cooperación, lo que si es cierto que cuando nos encerramos, con muros, más aranceles o políticas corporativas que privilegian y favorecen únicamente a nuestros intereses, caemos en el juego de suma cero que se refiere a una situación en la que la ganancia de una parte es igual a la pérdida de otra parte.
En otras palabras, el beneficio total es cero, ya que lo que una parte gana, la otra pierde.
Por lo anterior es verdaderamente importante en esta época desarrollar nuestras habilidades de negociación cediendo algo a la otra parte, sabiendo de antemano que tenemos intereses y objetivos comunes que es la continuidad y la sostenibilidad.
La competencia de negociación se ve reflejada no solo en las decisiones de alto nivel corporativo, sino en la vida cotidiana, en la interacción humana, en la comprensión del otro, reconociendo sus derechos y beneficios mutuos, para ellos se debe fomentar una comunicación abierta y transparente, que permita llegar a acuerdos estables de largo plazo, una nueva posición y enfoque al ver el escenario con mayor apertura basado en la cooperación, sacudiéndonos de posturas egocéntricas, de control de poder.
Vale la pena recordar que la integración empresarial se logra cuando se analizan previamente las ventajas competitivas, evaluando los factores de innovación; calidad; precio; servicio al cliente y marca. Al mismo tiempo comprender que existen ventajas comparativas de un país o región para producir bienes y servicios a un costo más bajo que otros países, comparando los recursos naturales, mano de obra, tecnología y por supuesto políticas gubernamentales.
Hagamos votos para enfrentar la crisis con mayor sabiduría con el fin de salir todos fortalecidos, identificando nuevas oportunidades de negocios, con una mejor tecnología, nuevas capacidades y mayores recursos.
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