Una de las consecuencias inmediatas de la guerra entre Israel e Irán es la sospecha de este último país respecto de si el espacio aéreo del vecino Azerbaiyán fue usado por los israelíes para lanzar ataques sobre objetivos israelíes, concretamente drones. Algunos elementos de contexto:

Azerbaiyán, junto con Armenia y Turquía, son los países fronterizos al norte de Irán. Tanto Israel como Irán han procurado ganarse a Azerbaiyán, aunque por diferentes motivos. Israel ha procurado a Bakú, la capital de Azerbaiyán, como base para obtención de inteligencia sobre Irán y, de confirmarse las sospechas iraníes, como base de lanzamiento de ataques directos armados al país con que ha guerreado recientemente.

En 2023, Azerbaiyán abrió una embajada en la capital de Israel, lo que fue visto en Irán como una actitud inamistosa hacia ellos. Además, de 2016 a 2020, Azerbaiyán ha adquirido de Israel el 69% del total de sus compras de armas convencionales. Esto quiere decir que no solamente ha afectado a Irán, sino muy especialmente a su vecino Armenia.

Armenia y Azerbaiyán han estado en conflicto desde la disolución de la Unión Soviética por un territorio que ambos pretenden suyo. Desde entonces, ha habido varios enfrentamientos armados con cientos de víctimas y a fines de 2023, Azerbaiyán despojó a Armenia del espacio en disputa; la paz se ha mantenido con alfileres.

Armenia viene de una serie de conflictos; entre los más famosos, sin duda, se encuentra el genocidio efectuado por los turcos entre 1915 y 1923, que mató a cerca de 2 millones de armenios. Si tomamos en cuenta que la población de la actual Armenia es de menos de 3 millones, que muchos otros viven en una diáspora alrededor del mundo y que los armenios pertenecen a una de las etnias más antiguas del mundo, el hecho de que Israel arme a su actual peor enemigo no es una buena noticia.

Otro aspecto es que el 85% de la población musulmana de Azerbaiyán es chiíta, el mismo credo de Irán, y que existen fuertes lazos étnicos entre estos dos países, habiendo considerables comunidades entre ambos países, sobre todo en las regiones fronterizas. Esto hace que Irán se sienta doblemente traicionado por Azerbaiyán.

El conflicto israelí con Irán no termina después de 12 días de ataques mutuos, ni siquiera con la intervención norteamericana. El régimen de Irán está muy lejos de caer y aunque sus instalaciones donde preparaban material nuclear hayan sido dañadas, esto no detendrá su programa, sólo lo retrasará; Irán mantiene, ahora más que nunca, el firme propósito y el objetivo de lograr un arma nuclear. Los ataques que sufrió no hicieron mas que fortalecer ese deseo y alimentaron los rencores. Que lo logren es otra cosa, sobre todo porque su poder aéreo se vio bastante deficiente.

Israel sin duda ha triunfado en esta nueva confrontación, pero como en otras guerras que ha sostenido desde su fundación, han quedado daños y resentimientos en generaciones que mañana buscarán tomar venganza. La paz en Medio Oriente sigue prendida de alfileres pues no todo se soluciona con la fuerza.

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