El momento que vive el mundo resultará histórico y varios líderes geopolíticos así lo ven, así planean el futuro y así están enfocando sus políticas para sacar la mayor ventaja posible de ello. Tanto Estados Unidos, como Rusia, China, la Unión Europea y muchos países emergentes se preparan para lo que prevén será el nuevo orden del siglo XXI.

Mientras China ha sido acusada y señalada varias veces por agencias de inteligencia occidentales de llevar mucho tiempo en una guerra tecnológica y de ciberespionaje a nivel global, para sacar ventaja y obtener información clasificada no sólo de las potencias sus rivales, sino de países neutrales, la dirigencia lo niega y contrataca.

En realidad, China lleva años obteniendo información sensible no sólo en telecomunicaciones, sino en infraestructura y movimientos de defensa de muchos países, a través de empresas en teoría privadas, pero que informan y siguen las pautas del gobierno chino, el cual, con esta información puede lograr una ventaja importante en caso de conflictos en el futuro inmediato. El último señalamiento es un informe conjunto de agencias como el FBI y otras de inteligencia de 13 países, la mayoría pertenecientes a la OTAN.

Adicional a lo anterior, se ha efectuado una reunión de la Organización de Cooperación de Shangai, una asociación con objetivos económicos y de seguridad que abarca buena parte de países de Asia. Está integrada por 10 países, entre los que destacan China, Rusia, India, Pakistán e Irán. El propósito evidente es contrarrestar la influencia de la Unión Europea y de lo que ha sido el tratado de Norteamérica, el TLCAN.

La reunión ha sido relevante por varias razones: acude Vladimir Putin, a pocos días de su reunión con Trump en Alaska; asistió el primer ministro hindú Narendra Modi, que lo mismo se ha reunido con el líder chino Xi Jinping, con quien mantiene viejos conflictos fronterizos; así como con Shehbaz Sharif, el primer ministro de Pakistán, con quien apenas hace 4 meses mantuvo un encuentro armado. India es blanco de las iras de Donald Trump, quien le ha impuesto aranceles del 50% por comprar petróleo ruso, por lo que puede dejar de girar en la órbita norteamericana.

Ha asistido el liderazgo iraní, el cual evidentemente busca con afán un escudo protector para la continuación de su programa nuclear, bombardeado por Israel y por Estados Unidos hace 2 meses. Y también ha asistido el presidente de Turquía, país no miembro, pero que lleva varios años esforzándose por constituir un liderazgo en Medio Oriente que sustituya a los países árabes limítrofes con Israel y que han sido derrotados por éste en distintos momentos.

La reunión no es de poca monta, tomando en cuenta que constituye países con el 40% de la población y el 25% del PIB mundiales. Prácticamente todos los asistentes, miembros o no de la Organización, son abiertamente norteamericanos y los liderazgos ruso, chino e hindú pugnan por ganar una hegemonía alternativa a la occidental y en eso trabajan desde hace años.

Mientras tanto, Trump se encarga de minar el bloque occidental.

Maestro en Administración

Militar para la Seguridad

y Defensa Nacionales

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