Los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump a casi todo el planeta, las represalias con que cada país ha respondido, mas la pausa de 90 días decretada por Estados Unidos ante el caos que provocó, abren enormes e irrepetibles oportunidades para nuestro país que serán desperdiciadas.

El gobierno mexicano es uno de extrema izquierda, fruto de una ensalada en la que caben muy bien ideólogos marxistas radicales, parásitos que en su vida han trabajado fuera de la política, políticos que o bien han llegado gracias al dinero y padrinazgo del crimen organizado o de literalmente venderse a quienes los incrustan en las listas de candidaturas diversas. Todo esto, mas el artero golpe para desaparecer al poder judicial y hacer surgir otro completamente supeditado al ejecutivo, hace que a ningún político de la facción gobernante se le ocurra nada para el bien de México.

Que a nuestro país no le sean aplicadas la totalidad de tarifas y aranceles que ha impuesto Trump, le da una enorme ventaja frente a todo el mundo. Gracias al Tratado de Libre Comercio, México llegó a convertirse en el primer exportador a EU; más del 80% de nuestras exportaciones van al vecino del norte.

En esta guerra de aranceles y recolocación de empresas, México puede volverse destino de muchas de ellas, lo que catapultaría el crecimiento económico del país, el empleo, la producción y la modernización tecnológica, pero eso no ocurrirá. Los 2 últimos gobiernos, el anterior y el actual no han hecho nada por preparar el terreno, no hay nuevos parques industriales, infraestructura de ningún tipo y, para empeorar las cosas, ya no habrá seguridad jurídica de ningún tipo. Nadie querrá invertir en un país en donde cualquier gobernante puede chantajear empresarios para que le cedan terrenos amenazándolos con expropiarles el doble.

En un país en que se presume que ha descendido el número de asesinatos, pero se niega el de desaparecidos; ningún inversionista vendrá ante la amenaza de que en cualquier momento le cobren “derecho de piso”, sin que la autoridad haga absolutamente nada, ni por evitarlo, ni por castigar al que lo hace.

En estos momentos, Vietnam está tomando el lugar que alguna vez ocupó China en la captación de empresas globales, porque su mano de obra es semiesclava y casi regalada. Ellos sí que aprovechan el nearshoring y con ello en poco tiempo saldrán de la miseria; muchas empresas de renombre han migrado de China a Vietnam para mantenerse competitivas. Trump les ha aplicado aranceles y habrá que ver lo que resulte de las negociaciones que seguramente efectuarán los vietnamitas en los días próximos; ellos no dejarán pasar la oportunidad.

De los bloques mundiales, nuestro país se afianza con la CELAC, de donde no va a salir nada y, lo peor, coquetea con la posibilidad de integrarse con BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, mas otros 5 países admitidos en 2023), lo que significaría irnos del tercer al cuarto mundo.

Maestro en Administración Militar para la Seguridad y Defensa

Google News

TEMAS RELACIONADOS