Los tres principales conflictos armados en el mundo en nuestros días evolucionan de diferentes maneras y muestran todo un cambio de época, una nueva era, respecto de cómo se pelearán las guerras en adelante.
El primer ejemplo es Gaza, en el que un grupo terrorista, Hamás, apoyado por una potencia extranjera regional, Irán, atacó a una potencia militar, Israel, la más fuerte y moderna de la región. El resultado es ya claro en lo local, pero incierto en lo que respecta al conflicto Irán-Israel, al involucramiento del grupo de los hutíes de Yemen y al futuro mismo de la Franja de Gaza. En tanto no se entreguen los israelíes secuestrados ni los cuerpos de los muertos, continuarán los ataques de Israel, pero pronto habrá un alto al fuego por algún tiempo.
El segundo ejemplo es la invasión rusa a Ucrania, claro ejemplo de que la forma de hacer la guerra cambió radicalmente. Siendo Rusia la segunda potencia militar del mundo y Ucrania la número 22, los rusos planearon una rápida toma de Kiev, la capital ucraniana, mediante blindados, fuerzas aerotransportadas, fuerza aérea y fuerzas especiales. La asimetría entre ambos países es enorme, pese a lo cual, lo que prometía ser casi un paseo para los rusos, se convirtió en pesadilla.
Los ucranianos se vieron obligados a utilizar recursos no convencionales en su defensa, como el uso de drones y lo han hecho en forma exitosa, al grado de hacer fracasar la estrategia rusa, inflingirles enormes pérdidas y llevar el conflicto a prolongarse en el tiempo. Putin tuvo que rodearse de representaciones de 24 países en su desfile del 80 aniversario de la victoria contra los nazis, ante la amenaza de ser atacado por los ucranianos.
Son tales las bajas y pérdidas del ejército ruso, que se han visto obligados a replantear sus objetivos y su propia economía, que hoy es una de guerra. El resultado de esta guerra sigue siendo incierto, pero un país pequeño ha logrado condicionar toda la estrategia y el prestigio de una potencia mundial.
El tercer caso es el reciente choque entre Pakistán e India, en el que las consideraciones geopolíticas juegan un papel mucho más relevante que el que juegan en los dos casos anteriores.
India y China han sido rivales por décadas, en tanto que Pakistán se ha convertido en el principal importador de armas chinas. India se surte de Rusia y en menor medida de Francia e Israel, aunque es el segundo país importador de armas en el mundo Pakistán ha probado por primera vez, en un conflicto real, armamento chino, como los aviones J-10, “vigorous dragón”, el JF-17 y el sistema de misiles tierra-aire HQ-9, que tuvieron su bautizo de fuego. China no va a permitir una victoria hindú y Rusia, su principal proveedor, está demasiado lejos, demasiado ocupada en Ucrania y no tiene la menor intención de enfrentar a su socio chino.
Además de toda la cadena de nuevas armas robot, que evolucionan a diario, del uso bélico de la inteligencia artificial, del uso de la propaganda y la desinformación, los conflictos armados evolucionan a un estadío muy diferente a los conocidos hasta hoy.