México es un país que enfrenta múltiples retos en su camino para eliminar la desigualdad, entendida esta como todas esas diferencias económicas, sociales y de oportunidades que existen y que impiden que todos tengamos igual acceso a servicios básicos y oportunidades para el desarrollo.

En este sentido, es elemental trabajar intensamente para abatirla, pues es un lastre para el desarrollo nacional, un impedimento para el crecimiento personal de las y los mexicanos, y un obstáculo para que las familias de nuestro país accedan a la calidad de vida que se merecen.

Una herramienta muy importante para alcanzar este propósito es la colaboración con organismos internacionales, que tienen este mismo objetivo y que pueden ser un detonante importante para desarrollar políticas, programas y estrategias que se adapten a las necesidades de nuestro país y que efectivamente nos auxilien para reducir esta problemática.

Hay varios organismos internacionales que buscan promover el desarrollo sostenible, reducir la pobreza, fomentar la igualdad y mejorar la calidad de vida en todo el mundo. Estas agencias colaboran con gobiernos, organismos no gubernamentales y con el sector privado para abordar una amplia gama de desafíos, incluyendo la pobreza, la salud, la prevención de conflictos y el crecimiento económico; proporcionando asistencia técnica, financiera y conocimientos con el fin de ayudar a que los países alcancen sus objetivos de desarrollo.

Trabajar en colaboración con los organismos internacionales puede ofrecer para nuestro país muchos beneficios, como el de aprovechar su experiencia y conocimiento acumulado al implementar políticas y programas en diversas partes del mundo.

Estas agencias con frecuencia ofrecen financiamiento y recursos técnicos para proyectos que beneficien directamente a la población, además de que permiten acceder a una red de alianzas globales para colaborar con otros países y compartir sus éxitos.

Otra ventaja de este tipo de colaboraciones es que brindan una perspectiva más amplia y una comprensión de los problemas desde una visión global, para darnos cuenta de que existen soluciones innovadoras que quizás no se habían contemplado.

Al trabajar en equipo para reducir la desigualdad social se evitan tensiones, violencia, conflictos sociales y se reduce la brecha de pobreza, a la par que se fortalece la cohesión social y la estabilidad. Lo anterior deriva en que se mejore la calidad de vida, se fomente la movilidad social y, por ende, se alcance el bienestar general de la población, brindando a más personas la posibilidad de acceder a mayores perspectivas de crecimiento.

Reducir la desigualdad social en nuestro país no es solamente un objetivo moral y ético, es también una meta que debemos alcanzar para acceder a la siguiente etapa de desarrollo, para tener una democracia con estabilidad social y para convertirnos en un verdadero estado de bienestar.

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