En el mundo hay dos tipos de personas: Los que prometen y los que cumplen. Tristemente, nuestro Presidente ha demostrado formar parte del primer grupo. Aquel discurso demagógico que escuchamos por más de dieciocho años directamente de los labios del actual titular del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, no ha sido más que eso: un discurso demagógico.
Se nos prometió que la corrupción se superaría y que, con ello, México se transformaría por cuarta ocasión. Sin embargo, hoy no hemos visto ni la sombra de aquel prometido: todo sigue igual; incluso peor. Morena, al igual que el viejo PRI, se ha dedicado a engañar al pueblo. No obstante, lo ha hecho de una forma aún más ruín, pues ha sacado provecho de las crisis subsecuentes a la pandemia para robarle algo más que unos centavos a los mexicanos.
“El corrupto está quedando mal visto, estigmatizado…¡Fuchi caca!”: Estas fueron las palabras del presidente López Obrador el 10 de febrero del presente año. Hoy, las palabras pronunciadas por miembros de su propio gabinete son otras como: “Cómprenle 20 ventiladores a sobreprecio al hijo de Manuel Bartlett”.
Parece que la 4T lleva tatuado dicho apellido, pues esos ventiladores no son lo único que el gobierno federal ha pretendido adquirir de León Manuel Bartlett. Sus contratos con la actual administración suman siete: tiene con el Ejército, con la Marina, con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Cinco de ellos los recibió por adjudicación directa, método que, de acuerdo con López Obrador, iba a ser erradicado junto con la corrupción, el nepotismo y el influyentismo.
Si traducimos en cifras aquellos contratos, encontramos que, en total, son más de 162 millones de pesos los que el gobierno federal le daría al hijo del expriísta y actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett.
Sin embargo, gracias a los informes que organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción han dado a conocer acerca de la vil naturaleza de estos contratos y la presión que los ciudadanos han hecho a través de las redes sociales, se ha logrado suspender el contrato otorgado por la delegación del IMSS en Hidalgo. Veinte ventiladores que según Zoé Robledo, titular del IMSS, ya hasta estaban instalados. ¿Cómo es posible que no se dieran cuenta que no cumplían con las especificaciones desde que los recibieron?
Para rematar, se acaba de dar a conocer que la que fue casa de campaña del actual Presidente de México era propiedad de un allegado al titular de la CFE. ¿Qué coincidencia, no?
Es triste que se esté engañando al pueblo cuando se prometió, durante años, una realidad totalmente distinta y ajena a la actual: Morena no cumple, no ha cumplido y parece que no cumplirá.