El próximo 22 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica, una fecha importante que nos recuerda la trascendencia de proteger nuestro ecosistema y la variedad de especies que lo conforman.

De acuerdo con datos oficiales, México resguarda más de 64 mil especies, de las cuales, por lo menos 20 son endémicas de nuestro país, es decir, que son originarias y únicas de aquí.

Desafortunadamente, aún persisten problemas y acciones que ponen en riesgo esa diversidad y que terminan por destruir la belleza de nuestro entorno natural. Una de ellas es el tráfico ilegal de especies animales.

Un reporte publicado por la ONU detalló que del 2015 al 2021 el tráfico de animales se ha duplicado en casi todo el mundo. Las incautaciones de 13 millones de artículos han mostrado un comercio ilegal de alrededor de 4 mil especies de plantas y animales en 162 países y territorios, según el informe.

Son conocidas las historias de ciertos personajes del crimen organizado o grupos de poder, que en sus viviendas acostumbraban guardar especies silvestres prohibidas o en peligro de extinción. En un afán de mostrar poderío económico, tenían espacios para mantener en cautiverio a leones, tigres, jirafas, elefantes, y muchas otras especies que no eran aptas para la convivencia humana. Como el caso de Pablo Escobar, líder del narco en Colombia, en cuyas propiedades guardaba hipopótamos, algo que incluso se ha convertido actualmente en un problema para el gobierno colombiano.

En otros casos, el tráfico se ve impulsado por el consumo de alimentos o artículos exóticos. Ciertos platillos como los huevos de tortuga o la carne de ballena, son recurrentes en mesas de alta alcurnia. O ciertos elementos como el marfil, la piel de cocodrilo o de víbora en el calzado, y de muchas otras especies para confeccionar abrigos o artículos con pelaje, hacen de esos animalitos un blanco fácil y constante de esas banalidades.

Si bien existen múltiples campañas que alertan sobre los riesgos de estás prácticas, la realidad es que aún no hemos podido, como especie humana, desligar el lujo de la importancia por proteger la vida.

Es necesario que el gobierno mexicano, en sus tres niveles, sea contundente contra el tráfico y lucro ilegal de todas estas especies. Aquí, debe existir efectividad en su protección, sobre todo, aquellas en peligro de extinción.

El ecosistema es muy bello y noble. Si no ponemos manos a la obra, desde la educación en casa o la denuncia constante, estaremos condenando a que las futuras generaciones se priven de conocer y apreciar la grandeza de nuestro ecosistema y las especies que lo habitan.

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