Querétaro y todo México se vistieron de rosa. Este fin de semana se mostró el “músculo” de la oposición en nuestro país, mandamos un mensaje claro y contundente de que la elección del 2 de junio no está decidida.

La llamada “Marea Rosa” fue muestra de que la población está ávida de una elección democrática y de un cambio de rumbo. No se trató de una manifestación política, ni mucho menos electoral, se trató de un ejercicio claro de libertad, donde se congregaron familias enteras en contra del oficialismo y lo que representa.

El entorno no pudo ser más propicio. La candidata de la oposición Xóchitl Gálvez va subiendo en las encuestas. Cada vez aumenta la simpatía por su persona y su proyecto, viéndose más fuerte para cerrar con todo el ánimo y fuerza el día de la jornada electoral.

Cuando vemos las imágenes de la “marea rosa”, de verdad nos preguntamos si las encuestas que tanto circulan por redes sociales son verídicas. ¿realmente la candidata oficial lleva tantos puntos de ventaja? Me parece que desde el gobierno han construido una narrativa perversa que busca desanimar la participación de la gente. La idea de la “elección decidida” o como dijo su candidata: “de un simple trámite”, queda rebasada ante la avalancha de apoyos que se mostraron este domingo en el Zócalo de la Ciudad de México y en todas las capitales del país. La oposición tiene fuerza y ello se mostró claramente este fin de semana.

En un segundo plano, dicha manifestación se dio en un momento clave, pues además que estamos a escasos días de la elección, ello se dio en la antesala del tercer debate presidencial; un debate que abordó uno de los temas más sensibles y graves de nuestro país: la inseguridad. Eso fue en parte lo que incitó a la mayoría de los asistentes a la marcha, reclamar la inacción de este gobierno en el tema de la seguridad y su fallida estrategia de “abrazos, no balazos”. No sólo fue un llamado por la democracia y a proteger las instituciones, que han sido recurrentemente golpeadas y afectadas, sino a pacificar el país, a demandar el cumplimiento de la función más básica del Estado y reclamar un cambio de estrategia.

De ahí la importancia del lema de la candidata Xóchitl Gálvez: Vida, Verdad y Libertad. Luchemos por la vida, exijamos la verdad, no a la mentira y votemos con libertad.

Hoy, estamos viviendo un fenómeno político sin precedentes. Una lucha constante y cierta en contra de los visos del autoritarismo. Como mexicanas y mexicanos debemos ser precavidos frente a su avance. El partido que hoy gobierna desde palacio nacional tiene claras simpatías con proyectos antidemocráticos como el de Nicolás Maduro en Venezuela, Miguel Diaz-Canel en Cuba o Vladimir Putin en Rusia. No nos engañemos ante los dichos de su candidata, que será autónoma, que no es una copia del actual presidente, que tomará decisiones libremente. Ha quedado demostrado que su poder de decisión está acotado y controlado. Difícilmente podrá librarse de la sombra de su caudillo.

Ese es el reto que nos espera el próximo 2 de junio, poner un dique al avance indiscriminado del oficialismo, ese avance que poco a poco irá obteniendo mayor control y restando los pesos y contrapesos, tanto en lo político como en lo económico. Tengamos cuidado.

Por eso, estimada y estimado lector, es tiempo de despertar, de sumarse a esa marea rosa que ha puesto en movimiento a México, que apuesta por un mejor futuro y que propone, por primera vez en la historia, transitar hacia un verdadero gobierno plural, una coalición libre, unida y transparente.

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