El PRI propone un día a la semana de home office, una buena alternativa para hacer más eficiente el trabajo, mejorar la calidad de vida y fortalecer la unidad familiar.

La pandemia por Covid-19 nos dejó muchas enseñanzas. Algunas buenas, otras no tanto, pero lo que si nos demostró es que, como sociedad, tenemos la capacidad de crear métodos para hacer nuestras labores más eficientes y productivas. Una de esas enseñanzas fue el llamado home office o trabajo en casa.

Seguramente usted lo recordará. Tiene que ver con la posibilidad de que las personas que desempeñan trabajos de oficina, principalmente, o cuyas labores puedan realizarse desde su hogar, puedan ejecutarlas desde la seguridad de su casa. En su momento esta medida fue adoptada por la necesidad de disminuir la presencia física de personas en espacios públicos, pero sus resultados fueron positivos.

Por ejemplo, se demostró que, durante la pandemia, se redujo en 80% la contaminación, además de una sensible recuperación de la capa de ozono y la disminución de contaminantes o gases de efecto invernadero en la atmósfera, mejorando notablemente la calidad del aire, especialmente en la zona del valle de México. Asimismo, esta modalidad permitió que madres y padres pudieran atender a sus hijas e hijos durante el cierre de las escuelas, sin descuidar sus responsabilidades laborales.

Hoy, esa alternativa se ha ido dejando de lado, sin tener una razón suficiente para ello, sobre todo, considerando que el sector terciario de la economía mexicana se sostiene en más de 70% en actividades propias de oficina que, válidamente, se pueden ejercer desde la seguridad y comodidad del hogar. La tecnología nos brinda las herramientas, es tiempo de aprovecharlas al máximo.

Los beneficios del home office son múltiples. De entrada, disminuye en gran medida los traslados, lo que beneficia a las ciudades para abatir el tráfico, facilitando la movilidad esencial y reduciendo el estrés en las grandes urbes. Además, beneficia al medio ambiente, pues se disminuyen de forma considerable los contaminantes atmosféricos. Se reduce el gasto en transporte, comidas fuera de casa y, en muchos casos, hasta el consumo de energía en las oficinas, lo que representa para las familias mexicanas un apoyo a su economía.

Además, aplicado correctamente, el home office permite equilibrar la vida laboral y personal, ya que contribuye a la convivencia familiar y mejora el estado de ánimo de las personas, reduciendo el desgaste físico y emocional. Todo eso contribuye a una sociedad más sana y emocionalmente más estable, pues permite atender las funciones laborales sin descuidar las necesidades personales, especialmente en este tiempo vacacional donde los menores están fuera de las escuelas y requieren permanecer en casa.

Así, el trabajo remoto bien regulado mejoraría la concentración, reduce el ausentismo y permite una mejor organización del tiempo, pues alienta a que las personas se desempeñen óptimamente.

Por eso, el PRI propone una reforma a la Ley Federal del Trabajo y demás normas afines, para instaurar un día de home office a la semana, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y la salud mental de las y los trabajadores.

Sin duda es una propuesta alentadora que valdrá la pena respaldar e impulsar, especialmente en estos tiempos en que la seguridad en las calles no es la mejor, que los medios de transporte están saturados y en que la economía familiar demanda opciones de ahorro y eficiencia del gasto. Veremos si el oficialismo la respalda.

Y Usted qué opina, ¿sería bueno aplicar el día del home office en México?

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