Estamos por finalizar 2025, y es una excelente oportunidad para hacer un balance de lo bueno, lo malo y lo pendiente en materia legislativa.
Ayer finalizó el primer periodo ordinario de sesiones del segundo año de ejercicio en la 66 Legislatura federal. Este año estuvo marcado de propuestas, trabajo y mucho, mucho debate.
En el devenir de los meses es natural perder u olvidar el rastro de varios temas que estuvieron en la agenda legislativa y cuyos efectos o consecuencias aún no somos capaces de visualizar. Temas en los que la oposición se manifestó en contra, pero Morena y aliados impusieron su mayoría ficticia.
El primer descalabro fue la reforma a la Ley del Infonavit, un cambio que tendrá graves consecuencias para las y los trabajadores que quieran disponer de sus ahorros en las subcuentas de vivienda. Más de dos billones de pesos pasaron a control directo del gobierno federal, que ahora tendrá la facultad de decidir hacia dónde dirigir esos recursos. Otro tema delicado fue la Ley de la Guardia Nacional, que junto con las reformas a la Ley de Seguridad, y a la Ley de Inteligencia, han creado un sistema de espionaje y vigilancia digital permanente del Estado. Cualquier llamada, búsqueda de internet, movimiento bancario, compra digital, hasta su ubicación GPS, entre muchas más actividades serán registradas por el gobierno con fines de revisión y control.
Otro fue la reforma a la Ley de Telecomunicaciones que afectará la libertad de expresión y el acceso a la información. Con ella, los concesionarios de radio y televisión, así como los creadores de contenido en las redes sociales tendrán permanentemente la “espada de Damocles” del gobierno, controlando obviamente la critica y los comentarios negativos hacia el régimen.
Otro punto delicado fue la reforma a la Ley de Amparo por la que se limitaron los efectos de la suspensión. Reforma que con otras, abrieron la puerta a un terrorismo fiscal, donde autoridades exactoras como el SAT y finanzas estatales estarán vigilantes de cualquier movimiento para el cobro de impuestos.
Cerrando el año, los del oficialismo aprobaron la Ley de Aguas, una reforma que afectará a miles de campesinos en la libre disposición y destino de sus tierras, limitando su capacidad de decisión sobre ellas; así como la Ley de Ingresos, que contempló varios aumentos en impuestos, lo que impactará en la inflación general para el año que entra.
En todos esos temas, la oposición, especialmente el PRI, fue constante y firme en el debate, votando en contra y defendiendo a la población frente a los abusos del poder central.
No obstante, también hubo puntos positivos, como la prohibición del nepotismo electoral, la Ley General contra la Extorsión, la homologación normativa para combatir la violencia de género, la electromovilidad, la prohibición de bebidas energizantes para menores de edad, entre otros.
¿Qué está pendiente? Mucho. Entre los temas impulsados por su servidora, está la iniciativa para impulsar la infraestructura en micromovilidad, la llamada “Ley Antichapulin” para evitar los cambios de bancadas políticas, el apoyo psicológico permanente en escuelas públicas, la reforma para eliminar el IVA en alimento de mascotas, entre muchos otros temas.
