A propósito de estos días de asueto que a muchos les permite salir en la búsqueda del mar en la playas de nuestro hermoso país y a otros tantos que nos quedamos sin poder salir, por una y mil razones, les comparto esta fotografía que me hace pensar en una de las características que hacen grande a personas y ciudades: la templanza. Así, como esta gaviota pareciera no inmutarse del choque de las olas contra las rocas y en el marco de un cielo nublado que asemejan las adversidades, ella se mantiene firme, clara de su instinto de supervivencia y haciendo frente con buena cara a lo que venga.

Así también, veo a esta ciudad como la gaviota que sabe donde está parada, clara de su destino y con la templanza que solo dan los años y más aún cuando suman casi cinco siglos de vestir calles, plazas y paisaje. Con más olas y viento, pero sobre la roca firme de su historia. Por cierto,  también sus calles, plazas y paisaje estuvieron de vacaciones estos días en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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