Adnan Haider dejó Paquistán junto con su familia cuando tenía 12 años, pues la rama del Islam que él profesa era perseguida en su país. Primero llegó a Canadá, y desde hace tres años vive en Querétaro, donde nació su hijo y vive con su esposa Amen. Dice que lo mejor de vivir en Querétaro es la libertad y la aceptación que tiene por parte de la sociedad.

Adnan, imán de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Querétaro, termina la oración de viernes, la más importante para los musulmanes. El hombre de tez morena y delgado, dirige la oración en árabe ante cuatro hombres y una mujer que oran en dirección a La Meca.

Después de rezar, la comunidad se sienta alrededor de unas mesas donde comerán los platillos paquistaníes que Amen, esposa de Adnan, preparó. Los hombres escuchan con atención a Adnan contar su historia.

Largo periplo, de Paquistán a Querétaro
Largo periplo, de Paquistán a Querétaro

Platica que “ Paquistán es un país islámico, pero hay conflictos religiosos que no son tan islámicos. Una cosa de esas es la libertad de religión. Nosotros somos ahmadíes, un grupo dentro del islam. Para los ahmadíes la vida en Paquistán es un poco difícil. Nos matan los radicales, torturan. Básicamente la vida en Paquistán para los ahmadíes es un poco difícil. Por eso mi familia y yo hace muchos años pensamos que podíamos irnos a otro país, y Canadá fue mucho mejor”.

Recuerda que toda su familia, incluidos sus dos padres y seis hijos, salieran de su tierra. Una de sus hermanas decidió vivir en Alemania, pero el resto se fue a Canadá.

Desde hace tres años vive en México. Primero vivió seis meses en Mérida, Yucatán, luego un año en la Ciudad de México, y desde hace año y medio radica en Querétaro. Dice que México es un país que los ha recibido bien, pues la gente es muy amable y le gusta mucho aprender de otras culturas. Además, las leyes son muy abiertas, permiten la libertad religiosa.

“Todos los países [tienen] cosas malas también, pero cuando vemos en general, se está mejor que en Paquistán. La gente, las leyes de este país, yo puedo enseñar mi religión a la gente. No hay persecución.

“En todos los países hay gente ignorante, quiero decir que no saben de otras culturas, de otras religiones. Cuando salgo de la casa con mi esposa, por su vestimenta [la] observan, y otros observan mucho. Al principio era incómodo, ahora nadie, en todo este tiempo, nos ha dicho algo”.

Largo periplo, de Paquistán a Querétaro
Largo periplo, de Paquistán a Querétaro

Indica que en ocasiones le llegan a preguntar a Amen por qué se viste con hiyab (velo), a lo que responde que es porque quiere vestir así, y porque su ejemplo es María, madre de Jesús.

Amen y Adnan están casados desde hace tres años. Amen dice que se conocieron en la boda de la hermana de Adnan. Señala que la vida en México y Querétaro es buena, pues son más las cosas positivas que las negativas.

Explica que aquí no tienen muchos conocidos, además de que por su vestimenta no se le acercan mucho otras mujeres, “pero me gusta mucho cuando se me acercan y preguntan por mi ropa, y por qué visto de cierta forma. Me gusta explicar que mi ropa es por mi religión, que mi modelo es María, madre de Jesús, fue una mujer muy noble y muy modesta”.

Agrega que en muchas ocasiones la gente la ve con insistencia, pero nunca le preguntan, lo que es incorrecto, pues si conocieran sus motivos dejarían de ignorar las razones por las cuales viste de esa manera, y se eliminarían los prejuicios. Es su elección, pues su esposo no la obliga a hacerlo, tiene libertad total.

Amen y Adnan tienen carta de residentes en el país, y en dos años pueden aspirar a tener la nacionalidad mexicana. Su hijo es mexicano de nacimiento y están orgullosos de eso, pues será, dice Amen, un mexicano musulmán desde su nacimiento, y esperan que crezca y trabaje por el bien de su país y ayude al crecimiento de México.

Largo periplo, de Paquistán a Querétaro
Largo periplo, de Paquistán a Querétaro

Adnan agrega que nunca se imaginaron que vivirían en México, pero por su actividad como imán lo mandan a diferentes partes del mundo, y a él le tocó este país, el cual le gusta mucho, pues tiene mucho parecido con Paquistán, por ejemplo, en los pueblos y comunidades, que son muy similares en ambos países.

“Fui a muchos pueblos y comunidades, en Yucatán y aquí en Querétaro. Una ocasión me llamó mi padre y le dije que estaba en un pueblo que era como cualquiera de los que hay en Paquistán”, abunda.

En el futuro, dice Amen, esperan hablar mucho mejor español, y también, ojalá, puedan ayudar a remediar los males de la sociedad, y la menor manera es con el ejemplo y buenas acciones, enseñar a la sociedad, con sus acciones, que los musulmanes son personas de paz, aunque a veces las noticias sobre terrorismo mezclan a su religión con acciones violentas.

La comida termina. Cada uno de los convidados se retira para seguir con sus actividades diarias.

bft

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