Desde hace dos años y un mes vive en Querétaro José Daniel Ramírez Marcano, venezolano radicado en la capital. Dice que se ha integrado muy bien a la sociedad local, a cuyos habitantes califica de carácter muy noble y donde además encontró la tierra de la que no piensa irse.

Daniel, además de trabajar en una empresa constructora, los fines de semana hace pasapalos, una especie de comida que él mismo define como botana para los mexicanos, y que en su país es un alimento popular.

El hombre de 35 años llegó a Querétaro en marzo de 2019 proveniente de Perú,  donde radicó por año y medio, pero del cual salió por no tener las condiciones  para desarrollarse.

Menciona que existe mucha discriminación hacia los venezolanos en otros países, por lo que a pesar de ser un profesionista,  no podía acceder a buenos puestos de trabajo.

Las condiciones sociales y económicas de su país han obligado a que muchos  salgan de su tierra a buscar mejores condiciones de vida. México se ha convertido en uno de los sitios más buscados por los venezolanos.

Hay alrededor de 60 mil venezolanos en el país, de los cuales 4 mil están en Querétaro.

Daniel halla en Querétaro su tierra ideal
Daniel halla en Querétaro su tierra ideal

Sus hermanos Juan Carlos y Diana Carolina  ya vivían en Querétaro desde años antes, por lo que le recomendaron que viajará a esta ciudad, cuya actividad industrial era propicia para encontrar un empleo.

Recuerda que le comentaron que Querétaro era de las mejores ciudades de México para vivir y desarrollarse. Así lo hizo. Decidió viajar al estado en 2019.

Recuerda con humor que cuando llegó a la ciudad pensó que Los Arcos era un puente, hasta que le explicaron que en realidad era un acueducto construido siglos atrás para dotar de agua a la ciudad. Además, le sorprendió lo grande que es la capital queretana, y que sigue creciendo, ofreciendo oportunidades a él y sus paisanos.
Con la pandemia, su negocio de alimentos se vio afectado, viéndose obligado a conseguir una fuente de ingresos y  entró  a una constructora.

“Me dieron la oportunidad. Las personas fueron muy amables, muy cálidas. No he tenido problemas con nadie. Desde hace dos años y un mes que estoy acá me he integrado muy bien. Soy parte de las familias, soy parte del equipo. Muchos se han ido, han sido despedidos y renunciado. Hasta el día de hoy me tienen como alguien de confianza, como alguien trabajador y pues siempre les he dado los resultados esperados”.

Con su familia es muy unido. Además, ha hecho amistades entre los queretanos, personas a quienes describe como de carácter muy noble, con quienes se puede salir a pasear y se puede platicar.

Daniel señala que no pasa por su cabeza migrar de México y de Querétaro. Su vida es diferente y más estable en suelo mexicano. Sus planes contemplan expandir su negocio de comida.

“Trabajar en una empresa no es mi proyecto de vida. Yo quiero dedicarme a mi ramo, a pesar de que soy ingeniero y técnico del ramo industrial, pues no es para mi lo ideal acoplarme a un sueldo limitado.

“Quiero crecer como comerciante. En algún futuro no muy lejano, mediano, o corto, tratar de abrir una tienda, tener una fuente de empleo, no solamente para mis paisanos, también para el queretano. Quien tenga ánimos de trabajar será bienvenido en algún momento cuando mi proyecto crezca”, enfatiza.

Daniel tiene grandes planes. Quiere que la tienda que abra se  haga de un nombre y hacerla una cadena de locales por  Querétaro y otros estados.
Pasapalos, de Venezuela para Querétaro

Explica que el pasapalo es sinónimo de bocadillo. Solamente que es un nombre de carácter coloquial, una palabra que se usa en la jerga venezolana y que es sinónimo de bocadillo.

“Este pasapalo es sinónimo de bocadillo o botana. Es comida basada en el trigo. Es una masa muy sencilla. Normalmente tienen una variedad de rellenos. Los más famosos son los pastelitos o los pequeños. Los pequeños los podemos catalogar como un dedito de queso. Aquí en México hay algo similar, como un rollo de queso empanizado. Los míos es una tira de masa bien finita que simplemente se le da vuelta alrededor de un tubo de queso, se sellan los bordes y ya está listo para freír.

“Por lo regular miden entre cinco y seis centímetros. Los pastelitos son similares a una empanada o un paste. El pequeño o dedito de queso es sólo queso. Los pastelitos llevan otro tipo de relleno, como picadillo jamón con queso, pollo”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS