Carlos de la Isla habla tranquilo, relajado. A su lado, la canasta con tacos ya casi se termina. A unas semanas de iniciar con su venta se posiciona poco a poco en el gusto de los clientes y eso lo ayuda a estar calmado.

Chef de profesión, comenta que anteriormente tenía un restaurante más grande, pero por cuestiones de salud decidió traspasarlo. “Primero está la salud”, dice y vender tacos de canasta en un local le ayuda a “llevársela tranquila”.

Venta de tacos, una opción para salir adelante
Venta de tacos, una opción para salir adelante

Una joven mujer espera para entrar al local, pequeño, pero con una decoración atractiva. Una mesita y una barra son los espacios para los clientes.

En la barra están los diferentes tipos de salsas y chiles toreados, para aquellos que no le teman a las consecuencias. Para acompañar los tacos, hay aguas frescas de horchata, mango, café con leche y guayaba.

La chica pide tres tacos y un vaso de agua de horchata. Se sienta en uno de los banquitos de la barra y degusta los tacos, luego de ponerles salsa, que Carlos le extiende en un plato blanco.

“Tacos de canasta hay muchos en la ciudad, pero hay pocos que son ricos, que tienen buena higiene, que tengan una propuesta mejor a los demás. Este concepto viene de la Ciudad de México y prácticamente los hacemos igual que como los hacen allá.

“Incluso las salsas son como las hacen allá. Le damos nuestro propio toque. Yo soy chef de profesión y los hacemos con toda la higiene para ofrecer un producto de calidad, con ingredientes de primera y en un lugar limpio, fresco, donde te puedas sentar y comer lo que quieras”, puntualiza Carlos.

Tres jóvenes se acercan al local. Preguntan por los tacos de carne deshebrada. Carlos lamenta decirles que ya se terminaron. Llegan tarde. Hay días en que los taquitos se acaban pronto. Ha sido buena la respuesta de la clientela a la oferta del chef.

Venta de tacos, una opción para salir adelante
Venta de tacos, una opción para salir adelante

Señala que emprender en estos tiempos es más complicado por la inversión, pues las licencias para el negocio como el suyo, que no involucra gas, pues todo se hace en casa y se llevan al local, es sencillo.

“La licencia de funcionamiento es muy rápida, pero hay que invertirle tiempo. Le invertimos aproximadamente tres semanas para abrir y la inversión fue una cantidad importante, en adecuar el local, ingredientes, la renta, depósito, licencia”, asevera.

Al día, indica Carlos, elaboran entre 130 y 150 tacos de canasta. Sólo una ocasión, desde que abrió, le ha quedado producto. Lo que hizo, fue envolverlos en paquetes de cinco y dárselos a personas en condiciones de vulnerabilidad y a los vigilantes en su colonia.

Indica que para la elaboración de los tacos participan él y su esposa, Monserrat López. Se hacen las salsas y los cinco diferentes guisos todos los días.

La idea de abrir un local donde los comensales se pudieran sentar, reconoce, fue de su esposa, pues él pensaba que los clientes permanecieran de pie.

Sin embargo, a su esposa Monserrat le gusta sentarse a comerse unos tacos y estar cómoda, por lo que llevó a la práctica ese sentir.

“Todo es natural, nada es empaquetado, nada es de bolsa, todo es fresco. A las siete de la mañana vamos por las tortillas que tiene que ser recién salida de la tortillería. Elaboramos los tacos con su propio vapor. Luego esperamos que se caliente el aceite y lo dejamos caer hirviendo sobre los tacos. Ya que se les puso, se tapan muy bien con el papel de estraza, tela, plástico, para que se envuelvan con el calor y en el trayecto de casa al negocio ya sudaron un poco y están listos para venderse”, explica.

La ubicación del local le favorece para tener buenas ventas. La cercanía con Plaza de las Américas y oficinas en las inmediaciones hace que el número de clientes sea suficiente.

Le han dicho que los tacos están sabrosos y que los recomendarán. “Hay muchos locatarios de Plaza de las Américas y mucha gente que pasa. También estamos en diferentes plataformas de pedidos de comida”.

Además, comenta, el taco es básico en la comida mexicana, es lo que más se consume. Afirma que no están inventando el hilo negro, pero sí ofrece una buena alternativa y propuesta con la que se puede tener la certeza de que están elaborados de manera higiénica, que no le harán daño al cliente y en un lugar cómodo. Además de los tacos y para completar la comida, ofrece diferentes postres.

El secreto para todo buen taco, coincide Carlos, es la salsa y la oferta de su local trata de ser lo más amplia posible y para todos los gustos. Incluso, ofrece chiles toreados.

Los comensales no tardan mucho en llegar. Apenas se van algunos, llegan de inmediato otros. La oferta en la zona es vasta, pues alrededor hay otros locales que ofrecen diferentes tacos, elaborados a su estilo.

Eso no preocupa al joven chef, porque así hay para todos los gustos. Se trata de propuestas diferentes.

“La idea es doblar la cantidad de lo que estamos vendiendo actualmente. Obvio, será progresivo, pues llevamos poquito. No hay desesperación, pero la idea es vender mínimo 300 tacos diarios. De ahí, explorar expandirse a otras zonas de la ciudad”, subraya.

Las ventas terminan pronto. Los tacos “vuelan” de la canasta. En apenas unas semanas, la oferta de los taquitos sudados de Carlos se posiciona poco a poco en el gusto de las personas. Como él dice, no se descubre el hilo negro, pero la forma de presentarlos y ofrecerlos es única.

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