Es uno de los tianguis más grandes y concurridos de la ciudad de Querétaro, pero el tianguis de los viernes de El Tintero vive hoy otra realidad. Pocos comerciantes, pocos visitantes y mucha incertidumbre sobre el futuro cercano.

Antes de la pandemia, el tianguis lucía lleno de compradores que caminaban entre los puestos que ofrecían diferentes mercancías, desde las tradicionales frutas y verduras, pasando por carnes y pescados, hasta los de artículos para el hogar y ropa.

La música en los altavoces, los gritos de los comerciantes, el ir y venir de personas tendrá que esperar mejores días, quizá no como antes del Covid-19, pero sí con más personas, con más clientas que acudan con sus hijos, quienes por el calor y el antojo pidan una nieve de limón o mantecado.

Lugar de tradición y de antojitos únicos en Querétaro, el tianguis de El Tintero pasa desde hace más de un mes momentos complejos. Poca gente sale a la calle. Las medidas para reducir la movilidad alejan a los clientes de las calles, de los negocios, de la vida de los mercados.

En otros tiempos ahí también se podía encontrar joyería artesanal, hecha a mano por artesanos urbanos. Hoy, no se ve eso, ni las lonas que cubren de los rayos del sol a clientes y vendedores, ni el ir y venir de los compradores, que buscan una pieza de ropa o la despensa para la semana.

Los puestos de herramientas, de chácharas, incluso de cubrebocas, no faltan, aunque las ventas sean escasas, con excepción de quienes deciden aprovechar el mercado para vender el ahora artículo de primera necesidad.

Sin poder quedarse en casa

Son tiempos duros para la sociedad, pero para quienes viven al día, para quienes tienen que salir a la calle a ganarse el pan, para quienes un día de trabajo significa comer y un día en casa significa un día con hambre, son más complicados.

La sana distancia, en confinamiento, el “quédate en casa”, en una sociedad donde la economía informal tiene un porcentaje elevado, es un privilegio que no todos se pueden dar. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, indica que en el último trimestre del año pasado, todas las modalidades de empleo informal sumaron 31.3 millones de personas, para un aumento de 2% respecto al mismo lapso de 2018, y representó 56.2% de la población ocupada, y el “quédate en casa” no es la opción para ellos.

Con las restricciones a las actividades económicas por la cuarentena derivada de la contingencia sanitaria por el Covid-19, muchos comerciantes que ofrecen productos no esenciales no pueden salir a vender, para evitar la aglomeración de personas.

Esas restricciones se hacen notar en el tianguis de El Tintero. Los puestos son pocos. La mayoría son de comida. Muchos clientes piden para llevar. Pocos son los que comen en los puestos. Los pueden multar o retirar de la vía pública si venden en el lugar y no se respeta la sana distancia.

La mayoría de las personas llevan cubrebocas. De acuerdo a las nuevas disposiciones gubernamentales, es obligatoria su portación. Algunos no lo llevan, pero no hay nadie que les pueda obligar a portarlo.

Se saltan las restricciones

Algunas mujeres acuden con sus hijos al tianguis, a pesar de que exhortan a que sólo salga una persona a la calle a hacer las compras, pero los más chicos de la casa son quizá los que más sufren con la cuarentena y el aislamiento. Una salida al tianguis es un alivio, un oasis en medio del desierto que es la cuarentena.

A pesar de saber que hay pocas personas en las calles, los comerciantes, que son el alma y vida del tianguis de El Tintero salen a vender.

Colocan sus puestos, se sientan y esperan la llegada de los clientes. Tienen las esperanza de lograr, no unas buenas ventas, por lo menos algo para “librar el día”, para tener “una luz” al final de la jornada de trabajo.

Los clientes son contados

Las ventas son bajas, y la incertidumbre es mucha entre quienes ahí se ganan la vida.

La normalidad tal vez tarde en regresar, las condiciones no serán las mejores. Sobrevivir al Covid-19 se vuelve cada vez más en una carrera de resistencia, más que una cuestión de salud.

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