Cae el sol a plomo y la temperatura ambiente está cerca de los 29 grados centígrados. La escena que ensayan los actores de la representación del Viacrucis en la comunidad de la Cañada, es el último tramo para subir el Cerro de la Calavera o Monte Calvario. En estas circunstancias preparan la última caída. Ahí, René Blanco es el actor que lleva a cuestas, cual cruz, la responsabilidad del personaje principal: Jesús de Nazareth.
Para él no es la primera ocasión que representa el papel protagónico. Cuando René creyó que iba a cerrar un ciclo en el año 2005, nunca pensó que 18 años después retomaría el manto para volver a personificarlo.
“En este proceso me caso y tengo dos hijas. La experiencia que viví en aquel tiempo respecto a ahora es muy diferente. En aquel momento era soltero y era más fácil dedicarme a esto.
“Ahora no, de hecho la decisión fue consensuada con mi familia. Platiqué con ellas y saben en qué consiste la obra, que es una obra muy compleja y que requiere mucho desgaste físico y mucha dedicación. Ellas fueron un pilar importante para volver a hacerlo”, afirma.
Del entrenamiento físico al espiritual
Para René Blanco retomar el papel de Jesús de Nazareth no solamente fue recordar el guión que ya se había aprendido. Por el contrario, desde enero llevó un intenso programa de entrenamiento físico acompañado de un cuidado con nutriólogo, esto sin descuidar el entrenamiento actoral.
En el caso del acondicionamiento físico, Blanco indica que la cruz que llevará acuestas y que fue recientemente elaborada tiene un peso de 70 kilos. De acuerdo con su entrenador, determinaron que tendría que ser un peso similar al del actor. “Quedé en un peso de 68 kilos para el papel” precisa.
Reencontrarse con el personaje de Jesús de Nazaret implica sacrificios. Precisa que la parte espiritual es la base de esta representación: “Te puedo asegurar que más allá de la parte física y mental, es la parte espiritual. De volver al nuevamente encontrarte y de hecho lo vivimos en los días pasados, en un momento durante un retiro espiritual que realizamos”, confiesa.
Para el histrión es muy importante recuperar los valores familiares y sociales más allá de los bienes materiales. La obra entonces funciona como una herramienta para evangelizar y promover dichos principios.
“Si esos pilares estuvieran bien cimentados, hoy en día tendríamos una sociedad muy diferente. ¿Qué hacemos con esta representación? Evangelizar de alguna u otra forma. Tratar de mover un poco de sentimientos y qué la gente que nos acompañe ese día en la reflexión que tenga”, refiere convencido.
Blanco agradece a todos los habitantes de La Cañada, ya que dicha representación nace del pueblo, en donde todos cooperan. “Todos costeamos nuestro vestuario, dedicamos tiempo, comida para la gente que monta las escenografías. Realmente es una obra que sale del pueblo, y eso lo hace más rico todavía”.
Ser Verdugo, una tradición familiar
El actor Octavio César Ramírez Silva, quien interpreta al personaje de Verdugo, lleva cuatro años en el rol y comparte que su entrenamiento y la motivación viene desde casa. “Mi papá salía, y ahora que tengo la oportunidad estoy aquí. Ni modo, me tocó hacer personaje de los malos”, reconoce.
Confiesa que su papá también actuó con el mismo personaje. Lejos de ser una herencia fue una coincidencia grata. Su papá interpretó por cerca de 10 años el mismo papel.
A manera de consejo, su padre le comentó que disfrutara “porque es una bonita experiencia, a pesar de qué somos el personaje malo. Se vive de manera diferente y estando en el cerro viendo a las personas entra un sentimiento”.
Una vez que han salido de los años intensos de la pandemia, Octavio César Ramírez indica que esta ocasión estarán al 100% de aforo y que para ellos como actores “es muy motivante ver a la gente, no sólo a la de afuera sino también a nuestra propia gente de aquí de La Cañada, siempre estando con nosotros apoyándonos”.
Así, el ensayo siguió a pleno rayo del sol, tal y como prevén que sea la obra en el Viernes Santo. Los actores y autoridades recomiendan acudir con sobrero, bloqueador solar, hidratarse bien y disfrutar una de las tradiciones más arraigadas en el estado.