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Querétaro tiene una calle caracterizada por tener barrotes llenos de chicles usados; se ubica en el Paseo Quintas de El Marqués, en la capital del estado.
Desde hace más de 30 años, automovilistas que transitan por la calle hacen una pausa, frenan el vehículo, se llevan la mano a la boca, sacan la goma de mascar y la colocan en cualquiera de los barrotes que marcan el ingreso a la colonia.

Cada determinado periodo de tiempo, los barrotes son retirados o limpiados para evitar la acumulación de gomas de mascar; sin embargo, eso no detiene la "costumbre".
El hábito de pegar chicles ha prevalecido durante décadas. De acuerdo con vecinos, esa "fea costumbre" ha permanecida por años, "quizás 30 o más"; "desde que mi papá estaba chiquito, la gente dejaba pegado su chicle", señala un hombre.
Para los residentes de Quintas de El Marqués, la escena es común; no obstante, para personas recién llegadas a la ciudad, pasar por la zona resulta sorprendente porque "los chicles se ven como puntitos de colores, hasta brillan,pero claro, cuando uno se acerca; vaya sorpresa", señalan.
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