Dominando la vista de la comunidad La Gotera, en la delegación Santa Rosa Jáuregui, la estatua del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, es flanqueada por las de Emiliano Zapata y Francisco Villa, pues para don José Rutilio Román Vargas Alvarado, es ya un héroe de la patria.
“A mí se me ocurre porque para mí, para mí, el día de hoy, (López Obrador) ya es un héroe, porque con garra y tenacidad, luchando 18 años contra corriente, hoy que lo logra (ser presidente) es un héroe”, dice.
El hombre, quien se dedica a la venta de carnitas, declara que no sabe leer ni escribir, pero que tuvo un pensamiento para el presidente electo que mandó grabar en una placa de mármol: Zapata y Villa lograron salvar a México con armas, sangre y el licenciado Andrés Manuel López Obrador con lucha, esfuerzo y democracia, lo logrará.
La Gotera, comunidad perteneciente a la delegación Santa Rosa Jáuregui, municipio de Querétaro, es una de las alejadas, pues limita con estado de Guanajuato.
Para llegar a Rutilandia hay que pasar primero por la comunidad de Jofrito y tomar la desviación a La Gotera. Luego de cruzar la localidad,, se debe ascender por un camino de terracería, que en estos días luce fangoso en varias partes, debido a las lluvias de los últimos días. Los habitantes de La Gotera se mueven en cuatrimotos o camionetas 4x4.
Dos jóvenes que se encuentran en la entrada de la comunidad dicen desconocer el lugar donde se ubica Rutilandia. “No, debe de ser por la carretera”, dice uno de ellos, mientras el otro reafirma lo dicho por su amigo con un movimiento de cabeza.
La calle principal de La Gotera está pavimentada. Las secundarias están empedradas, mientras que las más chicas, son de tierra, divididas por surcos por donde baja el agua de las lluvias.
La comunidad luce tranquila. Hay pocas personas en las calles. El silencio es interrumpido por el megáfono de una camioneta que vende cacahuates enchilados y otras botanas. De una tortillería sale una mujer por una bolsa de cacahuates.
Al pie de un cerro coronado por tres cruces se encuentra Rutilandia, lugar creado en homenaje y para recordar a Ruth, hija de don Rutilio. Ahí trabajan algunos cantereros en la elaboración de más estatuas y figuras. Un carro con lo que parece ser un deidad griega y otro con un guerrero troyano, ambos tirados por leones, también están en el lugar, junto con Villa, Zapata y López Obrador, así como Luis Donaldo Colosio y otros personajes locales.
Un grupo de hombres en cuatrimotos sube para ver la estatua de López Obrador. Están unos minutos y vuelven a la comunidad, mientras un grupo de trabajadores calientan los alimentos en un comal puesto al fuego, preparándose para almorzar.
Cambio de planes
Rutilio dice que el terreno donde se ubica Rutilandia le pertenece desde hace siete años. Primero tenía intención de fraccionar para la edificación de casas, pero quienes tenían planeado el desarrollo perdieron la vida en un accidente víal.
Dice que Rutilandia “ahí va poco a poquito”, colocando estatuas de personajes a quienes consideran importantes, como una manera de homenajearlos. En el caso de las estatua del presidente electo, indica que le dio mucho gusto que el otro día fue su cumpleaños, justamente cuando se maquilaba la efigie, por lo que ese día decidió colocarla en Rutilandia, como manera de decir: “Amigo, aquí te tengo. Por qué nadie dijo nada cuando puse a Emiliano Zapata. Nadie dijo nada cuando puse a Pancho Villa, cuando puse a Colosio, a Abraham González, al doctor Palacio, a su hijo, ¿por qué ahora que pongo a mi señor presidente sí se fijan?”
El escultor es uno de los cantereros de La Cañada, municipio de El Marqués, a quien conoce sólo como Mónico.
Indica que si tuviera frente a él a López Obrador, lo primero que le diría es que su amigo y hermano se tomó la libertad de tenerlo en su terreno, “me di el honor. Y si él me dice que haga su estatua y haga la de Benito Juárez y Venustiano Carranza… si él me dice quítame de ahí y ponme en otro lado, y hazme otras 25, 100 estatuas, las haría con gusto.
Ahora yo quisiera, si algún día lo puedo ver personalmente decirle: te gustó o no te gustó, cabrón. Así le diría. Recalcó que si él quisiera estar con sus amigos, no tengo problema en hacer 20, 50 estatuas. Ningún problema. Si algún día él (López Obrador) pudiera venir a mi terrenito, que no es mucho, son 500 hectáreas, sería un honor”.
En Rutilandia los trabajadores continúan con su labor, bajo un cielo medio nublado, en medio de la naturaleza. A lo lejos se ve la comunidad, que se hizo famosa a raíz de la estatua, dicen la primera, del próximo presidente de México.
Rutilio dice que le gustó el trabajo del canterero, pues la estatua le quedó bien elaborada. Además de que precisa que le agradó el lugar donde quedó la estatua de López Obrador, pues está en medio de la naturaleza, no en un edificio. Está dominando desde su posición La Gotera.
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