Auna semana de que el gobierno capitalino le dio en comodato un total de 61 paraderos de camiones a la Agencia de Movilidad del Estado de Querétaro (AMEQ), la dependencia señala que los más dañados son tres tipo Dubái: uno en Avenida Zaragoza, casi esquina con Tecnológico; y dos en la calle Corregidora, uno la altura de El Cerrito y el otro en la zona de la colonia Álamos.

Personal de la AMEQ, que pidió anonimato, señaló al EL UNIVERSAL Querétaro que estos sitios son limpiados casi diario, debido a que los utilizan por la noche y madrugada como baños; “las personas se meten a hacer sus necesidades”.

En el paradero de Zaragoza, esquina con Tecnológico, se observa una caseta con cristales pintarrajeados por grafiti, pero también las bancas de espera —que estaban en el interior— desaparecieron, por lo que algunas personas usan como asiento las bases en las que estaban colocadas las sillas.

Paradas tipo Dubai en Querétaro: "dan miedo; son baños y basureros”
Paradas tipo Dubai en Querétaro: "dan miedo; son baños y basureros”

En el piso de dicho paradero se ven manchas de defecaciones que se quedaron con el tiempo, pero también hay comida tirada y uno que otro usuario del transporte urbano que ingresa por necesidad de cubrirse del sol desde este mobiliario urbano, que tiene varios cristales rotos y desperfectos que intentan tapar con cartón.

Melani Scott, una joven que espera en este sitio su camión para dirigirse a la escuela, dice que el paradero “está bastante sucio y descuidado, todas las paredes y vidrios están rayadas”.

Dice que en la noche no es recomendable entrar a este sitio debido a que todo está oscuro, “me da miedo entrar porque no están iluminadas”

Comenta que por las tardes entra a esperar el camión, pese a que “huele feo, entro a cubrirme del sol, pero si no te pones abusada se pasa la ruta, la visibilidad desde adentro no es buena, aunque me sirve de sombrita”.

Recuerda que recién instaladas las paradas tipo Dubái durante el gobierno municipal de Marcos Aguilar Vega, “contaban con una maquinita para venta de refrescos y también tenían monitores en los que se avisaba qué rutas estaban por pasar, pero ahora ya no están los monitores, no sé si se los robaron o los quitó el gobierno, todo está muy descuidado y feo”.

Para mejorar estos espacios, Melani le pide al gobierno que les ponga luz, internet, pero que también limpien las ventanas, “es importante que les den mantenimiento continuo, antes había banquitas, pero ahora ya no están porque creo que aquí se venían los vagabundos a sentar, por eso pido que nuevamente pongan las banquitas”.

En el paradero de Corregidora, a la altura de El Cerrito, que se le conoce como “El Tepe”, situado en uno de los barrios más antiguos de la ciudad, pero también de los más populares, se observa al mediodía decenas de personas, todos a la espera del camión urbano.

Los cristales de la parte frontal y los laterales de este paradero están casi todos pintarrajeados. Además, en el interior de la caseta, hay montones de basura en el piso.

Los usuarios —algunos cansados por el largo periodo que tarda en pasar el camión— se sientan en el piso y en las bases en las que estuvieron empotradas las sillas que también desaparecieron de este paradero.

Afuera de este paradero tipo Dubái ya no hay cristales, pareciera que se los robaron, condición que permite a los transeúntes utilizarlo como un camino más corto para cruzar la calle.

Unos 500 metros adelante del paradero de El Tepe, en dirección a Plaza del Parque, está sobre la misma calle de Corregidora la parada de camiones de Álamos, en donde hay dos paradas tipo Dubái, ambas destruidas y grafiteadas en toda su infraestructura.

Uno de estos paraderos es el único que usan, el otro está en total abandono debido a que sus puertas están cerradas, motivo por el cual tiene rotos los cristales, lo que permite, según versiones de los vecinos, que por la noche y madrugada se introduzcan personas a dormir o a ingerir bebidas embriagantes o para consumir alguna droga.

Daniela Mora, quien se dirige a su trabajo, espera a las 3 de la tarde —como lo hace de lunes a viernes— su camión, dice que le da miedo “porque es un lugar al que no se le da mantenimiento y tampoco hay dónde sentarse”.

Señala que siempre espera el camión afuera del paradero, “me pongo en una parte lateral o en la parte de atrás para cubrirme del sol, lo mejor sería que las quitaran y nos pusieran unas banquitas, porque de nada sirve que se tenga esta infraestructura y no funcione como debe de ser.

“Están pintarrajeadas, con cristales rotos, es dormitorio de indigentes, pero también se ve a personas que están ingiriendo alguna sustancia, entonces más que ser seguras son lugares de miedo, también son basurero o baños públicos”, comentó.

Agregó que es “muy triste” que el gobierno no le ponga atención al mantenimiento de estos paraderos, “si les dieran mantenimiento nos ayudarían mucho a las personas que usamos el transporte público, porque lo que percibo es que le ponen más atención a la reparación y mantenimiento de vialidades”, concluyó Daniela.

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