Desde hace un par de semanas, la calle Pino Suárez, en el Centro Histórico de Querétaro, es intervenida para mejorar el sistema de drenaje; ahí decenas de trabajadores de las empresas constructoras que participan en la obra, trabajan a cielo abierto, acalorados por las faenas bajo el sol y el esfuerzo físico que el trabajo requiere.

En la zona se encuentran al menos 50 personas laborando, todos usan cascos y chalecos naranjas con reflectores, pero muy pocos usan cubrebocas, la mayoría trabaja sin esta medida de protección contra el covid, ninguno usa careta y tampoco portan googles.

“Uno siente que se ahoga si trabaja con el cubrebocas, estamos muchas horas bajo el sol, y haciendo mucho esfuerzo, con el cubrebocas no podemos ni siquiera respirar bien'', comentan los trabajadores.

Lo mismo opinan de la careta y de los goggles, que les dificultan la visión, mientras los guantes quirúrgicos son prácticamente imposibles de usar en dichas condiciones. “En todo caso deberíamos usar guantes de cuero, pero tampoco los usamos mucho”, detallan.

Desde hace varias semanas, las distintas cámaras y colegios de profesionistas relacionados con la construcción, anunciaron en sus redes sociales que ya contaban con “Protocolo de regreso seguro a las obras de construcción”, esto con el fin de seguir laborando a pesar de la contingencia.

En este protocolo se enfatiza la importancia de usar equipo de protección como cubrebocas, caretas y guantes; desinfectar constantemente el equipo de trabajo, así como mantener la distancia de 1.5 metros entre el personal para evitar aglomeraciones. Sin embargo, el “Protocolo de Regreso Seguro a las Obras de Construcción”, parece estar muy lejos de practicarse.

Además de la ausencia del equipo de seguridad contra el Covid-19, la llamada sana distancia es otro punto indispensable en el protocolo, pero imposible de cumplir en las construcciones, pues la mayoría de las tareas se realizan en grupos, sobre todo si se trata de mover materiales pesados.

En las labores de la calle Pino Suárez, por ejemplo, los trabajadores se organizan en parejas, algunos jalan cables, otros remueven escombros, y un grupo de al menos 10 personas se aglomera para mover, entre todos, una enorme tubería que pesa varios kilos; todas son tareas imposibles de realizar con una distancia de 1.5 metros entre cada persona.

“Mire, uno viene a trabajar como siempre, sabemos las medidas que debemos seguir como todo el mundo, pero en la realidad de nuestro trabajo eso no se puede, no puedes trabajar con un cubrebocas o con una careta, simplemente porque el clima, el calor no te lo permite, nadie aguantaría dos horas bajo el sol, haciendo esfuerzo mientras usa algo que no te deja respirar bien”.

“Eso de que tenemos que estar separados, pues que me digan cómo le hacemos para cambiar un drenaje, son cosas que no se pueden hacer si no trabajamos todos en equipo, en mi caso tengo mis precauciones cuando estoy en casa o cuando voy de mi casa al trabajo, osea en los traslados, pero ya estando aquí no se puede hacer mucho. No queda más que terminar este trabajo lo antes posible porque todos necesitamos trabajar”, comenta sobre su rutina uno de los trabajadores.

Según el Protocolo de Regreso Seguro a las Obras de Construcción que varias cámaras y colegios de profesionistas difundieron en sus redes sociales, en cada obra debe designarse un supervisor Covid, quien es el responsable de que todas las medidas de salubridad se cumplan durante las jornadas de trabajo, este supervisor debe capacitar constantemente a los empleados sobre las medidas de protección que deben tomarse, y en caso de que se presente algún caso sospechoso, también es encargado de darle seguimiento.

El protocolo señala que los gerentes y supervisores de obras deben proveer a los trabajadores de equipo de protección personal como cubrebocas, caretas, lentes y guantes; así como identificar a los empleados vulnerables.

Por su parte, los trabajadores en las obras deben usar adecuadamente el equipo de protección que le fue proporcionado, desinfectar constantemente las herramientas de trabajo, evitar contacto físico con sus compañeros y mantener la distancia de 1.5 metros respecto a los demás trabajadores, reportar a los supervisores si alguno de ellos cuenta con síntomas de Covid.

El protocolo también detalla que en cada obra se debe contar con controles de acceso y filtrado, además de señalar entradas y salidas de la obra, lo cual es imposible en las intervenciones realizadas en el primer cuadro de la ciudad, pues la actividad comercial y el flujo de transeúntes aún siguen activos en la calle Pino Suarez.

En las contrucciones también se recomienda escalonar horarios de trabajo para evitar aglomeraciones entre los trabajadores, reconfigurar las dimensiones de la obra para permitir la distancia entre cada empleado, así como establecer rutas de circulación en un sólo sentido.

Además de las medidas de salubridad que deben realizarse durante las obras, el protocolo recomienda que cada trabajador mantenga su propios sistemas de sanitización en su hogar y camino al trabajo, para reducir el riesgo de provocar contagios durante las jornadas laborales.

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