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El centro de día Njhöya diariamente abre sus puertas para recibir a más de un centenar de niños y jóvenes, a quienes han logrado sacar del trabajo en calle y en cruceros para brindarles un espacio seguro donde, además de estudiar y divertirse, tienen acceso a comida y servicios de salud gratuitos.
Desde muy temprano este lugar ubicado a un costado de la delegación Hércules está listo para recibir a los menores. Tanto aquellos que son entregados en la puerta del lugar por sus padres, hasta quienes son recogidos por camionetas que el municipio ha destinado para que les trasladen desde diferentes pun tos de la capital.
Alrededor de los 9:30 horas comienzan a llegar los primeros transportes que traen pequeños de diferentes colonias de la ciudad, para que pasen aquí su día. Algunos regresan a sus casas después de las 12:00 pm, pero otros se quedan en el recinto hasta las 18 horas.
Los pequeños descienden en un estacionamiento ubicado justo afuera del centro del día, caminan un pequeño pasillo y son recibidos en la puerta por personal del centro Njhöya. Se les toma la temperatura y pasan al recibidor para registrar su ingreso.

Posteriormente dejan sus pequeñas mochilas y se lavan las manos, para enseguida pasar al comedor, donde ya los esperan con un rico desayuno.
Tras tomar su alimento los pequeños se trasladan a sus salones, donde toman clases, tienen actividades lúdicas y artísticas, entre otras.
Ingrid Martínez, titular de la jefatura de los centros de día, explica que estos son estancias infantiles que se dedican principalmente a la población con trabajo en crucero, identificada por promotores de calle. También para niños que están identificados en un estado de vulnerabilidad por alguna situación precaria en la que viven, tanto por sus posibilidades o recursos que pueden tener.
“Tratamos de solventarlo y restituir derechos; brindamos estos espacios para que se les pueda dar un servicio completo. Ya sea educativo, médico, escolar así como de comida, pues son atendidos en el área de comedor al ingresar, y también reciben alimentos cuando egresan, antes de irse a la escuela y en horario extendido, también por las tardes”, explica.
Para el caso de los pequeños en edad de preescolar, el centro de día les brinda el servicio escolarizado; sin embargo, para aquellos de primaria, los atiende en horario extendido para que puedan tener un espacio con atención de calidad en lo que sus padres salen de sus respectivos trabajos.
“Son dos centros de día: uno ubicado en San José el Alto, donde hay un padrón de cerca de 105 niños, y en Hércules está otro, donde se atienden 87 niños, y otro para adolescentes, donde son 15 jóvenes, de 12 a 17 años”, abunda al respecto.

Aunque este centro tiene por objetivo sacar de las calles a los niños que realizan algún tipo de trabajo, también son espacios seguros para aquellos que enfrentan condiciones de vulnerabilidad en sus hogares, así como un lugar donde las madres de familia pueden llevar a sus hijos mientras ellas trabajan.
Tal es el caso de Blanca Torres, una joven madre que diariamente lleva a sus dos hijos, de 3 y 5 años, al centro Njhöya, mientras ella va a trabajar a una hacienda, ubicada en los socavones, en el municipio de El Marqués.
“La verdad este lugar me ha ayudado mucho, porque me ahorro tanto las guarderías, la comida, en todo, porque la verdad es muy bueno. Antes me los llevaba al trabajo; Jesús, el niño más grande estudia en un preescolar aquí en Hércules y Jonathan, el niño más pequeño, ha aprendido mucho: sabe colores, números, ya dibuja, y además comen muy bien. Ha sido muy benéfico para ellos”, asegura.
Blanca llegó al centro Njhöya por recomendación de su familia, quienes también utilizan los servicios gratuitos de este lugar; sin embargo, la mayoría de los pequeños son atraídos por el ejército de promotores pertenecientes a la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Sistema Municipal DIF Querétaro. Son ellos quienes diariamente salen a recorrer las calles en búsqueda de los pequeños que aún están en situación de vulnerable, para invitar a sus padres a que los envíen a uno de los dos centros de día que se ubican en la capital.
“Los promotores se dedican a identificar en diferentes áreas de crucero, y se les ofrece a los ciudadanos que, en lugar de exponerlos se les da un espacio seguro, con alimento, servicio médico y estudios. Incluso si alguno no estudia, les reintegramos el derecho a la educación, a través del apoyo de Usebeq (Unidad de Servicios Para la Educación Básica en el Estado de Querétaro), donde los ingresamos a una escuela dependiendo las zonas. En este caso se han logrado integrar a 15 niños a las escuelas”, puntualiza Ingrid Martínez.
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