Jesús Feliciano Raya Grimaldo, cumpliría este año 43 años de peregrino al Tepeyac. Este año no pudo acudir, este 12 de diciembre lo vivirá también diferente, con rosarios en casa. El locatario del mercado de La Cruz también lamenta que este año, por la pandemia del Covid-19, no habrá misa en el mercado ni peregrinación de sus compañeros a La Congregación. “Este año será muy triste, no sólo para los que somos peregrinos, sino para todos los que somos creyentes, que es todo México”, dice.

Jesús, al igual que muchos comerciantes del mercado, son devotos de la Guadalupana. A pesar de que este año no habrá festejo en el recinto, pues se suspendió la misa que año tras año se realiza en la zona de descarga de mercado, así como la peregrinación a La Congregación, cuyo atrio permanece cerrado desde el viernes, los locatarios muestran su fe en la intimidad de sus puestos.

Muchos colocan flores e iluminan sus imágenes de la Virgen de Guadalupe. Es una fecha especial para la mayoría de los mexicanos. “Tómele la foto, para que la fecha no pase desapercibida”, comenta un comerciante al interior de una carnicería cuando la joven fotógrafa le pide permiso para tomar una instantánea de él con la Morenita del Tepeyac a sus espaldas.

Durante la víspera de la fiesta de la Guadalupana, la imagen de la Virgen del mercado está en espera de ser adornada para su fiesta. En esta ocasión no habrá multitudes. Tampoco habrá el tradicional reparto de comida a los feligreses.

El secretario general del mercado de La Cruz, Eduardo Arias Bárcenas, explica que para este 12 de diciembre no se podrá tener misa ni tampoco festividades.

“En años anteriores hay gente, los mismos locatarios que regalan algunas cosas, que son entregadas en el área de carga y descarga se entregan, como tamales y atole. La misa también se desarrolla en la misma área, pero esta ocasión no la vamos a tener”, menciona.

Agrega que no sólo es el festejo de la Guadalupana el que se cancelará. También se tiene previsto que las posadas y otros festejos de navidad y fin de año tengan que esperar hasta el 2021.

Dice que están siendo muy afectados en todos los rubros dentro del mercado. Pese a ello, afirma que respetarán las medidas sanitarias impuestas por las autoridades de Salud, de no realizar ningún acto que reúna a muchas personas.

Apunta que la suspensión de los festejos y la situación en general ha derivado en un descenso del 30% en sus ventas. “Todo es una cadenita. La gente que hace mole viene por el pollo, viene al molino, compra para hacer tamales. Es la tradición que se lleva a cabo año con año. Nos hemos visto muy afectados. Nos ha pegado mucho este año. Esperamos en Dios que esto pase rápido”.

En el mercado, a pesar de ser la víspera del 12 de diciembre, el ambiente es el habitual e incluso con menos clientes que en otros días. El movimiento es escaso. Algunos puestos comienzan a cerrar poco antes de las dos de la tarde. Muchos otros llevan a cabo sus ventas normales.

Incluso, los puestos de flores, donde en otras ocasiones los encargados no se daban abasto para vender los arreglos para la Guadalupana, en esta ocasión tienen un día tranquilo. Llaman y preguntan a los clientes si van a llevar algo, “que se le ofrece”, preguntan a las personas que pasan por los pasillos.

Eduardo Arias recuerda que el festejo a la Guadalupana en el mercado de La Cruz es tradicional. Dice que lo recuerda desde niño (su familia se dedica al comercio ya en varias generaciones). Siempre se ha festejado, con velación la noche del 11 de diciembre, con sus Mañanitas con mariachis, pero este año no se podrá hacer.

Las mismas peregrinaciones a La Congregación desde el mercado fueron canceladas. El Covid-19 impide las celebraciones, pero la fe permanece inquebrantable.

En tanto, Jesús Feliciano recuerda que aunque este año no fue peregrino, por la suspensión de la peregrinación, aunque cuando se volvieron a abrir los templos acudió a la Basílica de Guadalupe, de manera personal. No podía faltar.

Este año, destaca, las celebraciones se llevaron a cabo en casa. Con los rosarios en su domicilio, sin reuniones masivas.

Agrega que ahora los favores que se pidan a la Virgen serán a la distancia, sin estar de manera presencial en el templo, pero con la fe puesta en la morenita del Tepeyac.

Jesús sube a un banquito para encender las luces en el pequeño altar con la imagen de la Virgen de Guadalupe. Hace a un lado una máscara de luchador, para alcanzar los cables.

En tanto, el atrio del templo de La Congregación permanece cerrado. El templo, sin embargo, se encuentra abierto para quienes pasan por la calle y se santiguan frente a la Guadalupana.

Durante la semana las autoridades anunciaron que los templos permanecerían cerrados en estos días, para evitar la concentración de personas en las misas en honor a la virgen del Tepeyac. La Diócesis de Querétaro, en tanto, informó que las misas en La Congregación serían a puerta cerrada, sólo con invitación y no más de 60 personas al interior del lugar.

Los festejos, con sus juegos pirotécnicos, puestos de comida, y expresiones masivas de devoción tendrán que esperar. Por ahora, la fe se queda en casa.

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