Después de un mes de vacaciones, de despertar tarde, de pasar media mañana en pijama, de dormir hasta altas horas de la noche y de olvidarse de la escuela por un tiempo, este lunes las infancias regresaron a las clases, a las tareas, las prisas en las mañanas y los ojos de sueño, mientras el cuerpo se acostumbra otra vez a la rutina escolar.

Los congestionamientos en las escuelas, principalmente en las particulares, no tardaron en presentarse desde muy temprano. Infancias bajando con prisa de los autos y corriendo para ingresar a los planteles educativos, así como mamás o papás que llevan a sus hijos de un brazo corriendo para que no les cierren la puerta, se convirtieron en escenas comunes nuevamente.

En otras escuelas, como la primaria 21 de Marzo, ubicada sobre la avenida 20 de Noviembre, muchos estudiantes llegan a pie, lo cual facilita su ingreso, así como la circulación sobre esa vía, que tanto en dirección a Ejército Republicano como a Constituyentes, no se ve afectada de forma importante.

Los colegios cobran vida, al igual que la economía que gira en torno a ellos. Desde papelerías a negocios de comida, o personas que, con algún permiso, venden distintos tipos de producto en las entradas de los planteles educativos. Así, el regreso a clases también es celebrado por quienes tienen estos negocios cercanos.

José Apolinar Cuéllar vende afuera de esta escuela. Explica que ya esperaba el regreso a clases, pues representa un ingreso extra para su familia. “Nos dan permiso de vender un ratito”, comenta que desde antes de la pandemia ya ofrecía sus productos, pero suspendió las actividades por la emergencia sanitaria. Regresó a las ventas cuando se levantaron las restricciones y le volvieron a dar permiso para vender. Su hija, Mia, va a la misma escuela y entró a quinto año este lunes.

Sobre la polémica de los libros de texto gratuitos, José dice que esos temas se les debe dejar a los maestros, que son quienes saben de la materia. Pese a que el gobernador Mauricio Kuri dijo que los libros ya se están entregando, José indica que él sabe que no los van a entregar, pues lo vio en un noticiario; y afirma también que está a la espera de conocerlos pronto.

Gabriela Aguilera lleva a su hija Milena a la misma escuela. Al igual que Mia, comienza el quinto grado de educación primaria. Gabriela explica que a sus hijos (uno de ellos en secundaria) les costó un poco levantarse temprano, pero al final lo hicieron con entusiasmo, pues ya estaban un tanto aburridos de estar en su casa.

La joven mujer afirma que también les costó trabajo cumplir con la lista de útiles escolares, por su situación.

“De hecho, todavía no terminamos de reunir todos los útiles, porque tengo otro niño de secundaria. Entonces estamos esperando también para surtir todo lo que nos falta. Sí es complicado porque ahorita tenemos una situación económica complicada, porque tengo enfermo a mi marido. Por eso mismo tengo que estar buscando lugares donde los precios estén bien o tengan un descuento importante”, afirma al respecto.

Gabriela considera, sobre la polémica con los libros de texto gratuitos, que hay mucha intolerancia. Dice que no los ha visto personalmente para revisarlos, pero señala que la discusión tiene más un trasfondo político que por el contenido en sí de los libros.

“Yo estaría a favor de que tengan contenidos que tengan que ver con la historia, que tengan que ver con la ciencia y sobre todo con el conocimiento de la misma sexualidad, porque México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil, entonces limitarles (a los menores) a contenidos que tengan que ver con el conocimiento de su cuerpo es malo”, dice Gabriela.

“También lo que tenga que ver con la comunidad, porque lo comunitario no tiene que ver necesariamente con socialismo, hay muchas cosas que tienen que ver con la comunidad y eso me parece correcto que lo pudieran conocer los niños y que al final tiene que ver con el trabajo en equipo”, subraya.

Agrega que tiene curiosidad por conocer los libros de texto, para ver con sus propios ojos si contienen tantos errores o si en verdad promueven la ideología que han mencionado diversos medios de comunicación.

Alrededor de Gabriela los alumnos de la escuela 21 de Marzo comienzan a reunirse. Un menor llega vestido de gala, para los honores a la bandera. Forma parte de la escolta de la escuela.

Conforme avanza la mañana, la escuela cobra más vida. Los niños se agolpan alrededor de la entrada para poder ingresar y comenzar un nuevo año de formación académica.

Los más inquietos son los chicos que ingresan a primer año. Sus madres también se observan nerviosas y dan las últimas indicaciones a sus hijos antes de que entren a su escuela.

Pasado el mediodía la campana de las escuelas marca el fin de la primera jornada escolar del ciclo 2023-2024, que en el estado de Querétaro registró 367 mil 213 estudiantes de 2 mil 111 escuelas y 13 mil 836 docentes de educación básica pública, más las escuelas privadas.

Como en la mañana, las largas filas de autos delatan la presencia de las escuelas. En algunas otras las mamás esperan en la banqueta a sus hijos, regresan a casa a pie. Las aceras se llenan de niños que llevan sus mochilas al hombro o la arrastran si son con rueditas, mientras que en la otra mano llevan un raspado, una nieve o un boli, con el que aplacan el calor intenso del mediodía, mientras son seguidos por sus madres.

Así fue el inicio de un año escolar más, que arranca con expectativa e incertidumbre para padres, maestros y alumnos, por asuntos más allá de las aulas en los que la infancia será la parte más afectada o beneficiada.

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