Querétaro, Qro.-

Omar Daniel Mondragón y David Paniagua son dos amigos desde la infancia que ahora decidieron emprender el proyecto Ratas Voladoras, un equipo de lucha olímpica en las calles de Rancho San Antonio. A pie de cerro, en un pequeño espacio de tierra, ahí decidieron iniciar su teatro de los sueños.

Rancho San Antonio es una de las colonias con mayores necesidades en el estado; sus calles son como las de cualquier barrio peligroso: las adicciones, la violencia y la inseguridad están muy cerca de sus habitantes.

Hoy, Ratas Voladoras es una opción para alejar a los futuros jóvenes de todo eso, es darles algo por qué luchar dentro y fuera del colchón.

“Inicié este deporte a los 4 años con Jorge Olvera. Pude vivir otras experiencias diferentes a las del barrio; el barrio te consume y te lleva a malos pasos, pero yo estuve enfocado en esto, en lo que me gustaba. Duré 15 años activo y mi intención es que estos niños tengan esta misma experiencia que tuve y en un futuro, ¿por qué no?, pensar que sean atletas olímpicos o profesionistas; más que nada quiero formar buenas personas para el futuro”, explica Omar Daniel.

Creación del espacio deportivo.

Al fallecer su papá, Omar se encontraba en una inmensa tristeza, pero decidió hacerle caso a un consejo que su padre le dio en vida:

“Cuando te sientas mal, haz lo que te gusta”, fue como le pidió ayuda a David para hacer un colchón; al no tener los recursos para comprar uno oficial, Omar recordó uno hecho de arena de mar, en un viaje que hizo a Cuba cuando era seleccionado estatal, así que emprendieron la marcha.

“La lucha de Omar siempre fue conseguir un colchón de lucha, antes entrenábamos en la cancha de futbol y siempre ha buscado su lugar, hasta hace poco que me dijo que armáramos un colchón, y decidí hacerlo; lo construimos con aserrín, arena, cartones que fuimos a recoger, primero empezamos los grandes, e inclusive muchos amigos del Parque 2000 han venido, no se les olvida de dónde salieron”, dice David.

Omar relata que en sus inicios, el equipo de lucha olímpica de Rancho San Antonio tenía un gimnasio otorgado por el gobierno municipal al que nombraban Palestra, pero al subir el nivel, la mayoría de luchadores emigró a Talentos Deportivos, en el Parque Querétaro 2000, por lo que ese gimnasio dejó de utilizarse. Actualmente un equipo de para taekwondo lo utiliza.

“Es algo que también es necesario, está autorizado yo creo que por el municipio. Si te das cuenta, este no es el lugar apropiado para esta actividad, aunque a ellos no les importa, las ganas se ven; nosotros buscamos tener un espacio digno, ojalá que nos pudieran regresar nuestro espacio que se hizo especialmente para lucha o la idea es tener un lugar donde tener el material seguro”, comentó.

Al hacerse viral el proyecto de Ratas Voladoras entre la comunidad de luchadores, Omar recibió una gran noticia: Jane Valencia, luchadora mexicana que competirá en los Juegos Olímpicos de Tokio, Alejandra Bonilla, y Vladimir Puga decidieron donarle un colchón oficial.

“Casi me hace llorar de felicidad cuando me dijo que me habían comprado el colchón, es un gusto porque estos niños se lo merecen, están luchando por un sueño que compartimos todos y sé que algún día lo vamos a lograr”, compartió.

Respecto a los apoyos, este equipo tiene muchas necesidades para poder salir adelante, pero Omar prefiere que la gente se interese y, sobre todo, crea en este proyecto al que le está entregando lo más valioso que tiene: su corazón y su tiempo.

“Me llegan a decir ‘¿qué necesitas?’, O ‘¿qué te puedo mandar?’, Nosotros no estamos para exigir algo, lo que esté en su corazón para darles a los niños es bienvenido, vamos a aceptar todo, porque en verdad lo necesitan, granito a granito iremos sumando hasta darles lo que se merecen”, explicó Omar.

La lucha que cambia vidas

David y Omar respetan y valoran lo que la lucha les enseñó, pues fue gracias a practicar este deporte la razón por la que pudieron salir a adelante en un barrio peligroso.

“Desde niño, en el ambiente en el que me desarrollé fue de calle, drogas, peleas, violencia; siempre busqué la salida, porque sabía que había algo más; Omar fue de las personas por las que dejé de drogarme, caí en lo más bajo y por la gracia de Dios salí a adelante. Trato de mantener mi mente en cosas positivas.

“Crecí entre puras gentes con problemas, la mayoría de mis amigos están en la cárcel, algunos ya murieron, y la única persona que nunca ha probado una droga es Omar, jamás lo he visto fumar o que se tome una cerveza y él fue quien me inculcó el deporte, le debo mucho a ese cabrón”, dice.

Por su parte, Omar y sus hermanos llegaron a ser los mejores luchadores de México en las Olimpiadas Nacionales y recuerda cómo un chico de Rancho San Antonio logró muchas cosas estando tan lejos de casa y quiere que estas Ratas Voladoras lleguen aún más lejos.

“Cuando nosotros teníamos un equipo aquí fuimos el mejor equipo de Querétaro, de hecho los luchadores de Talentos Deportivos vinieron a entrenar a aquí, y pues que no se olviden de que existimos, la mecha está prendida todavía, y de aquí van a salir muchos deportistas buenos”, concluyó.

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