El olor a detergente y suavizante recibe a quienes llegan a la lavandería que atiende Venecia Perea, en la colonia Quintas del Marqués. Poco a poco la actividad vuelve al negocio que aunque no se consideraba de riesgo alto, mantenía preocupada a Venecia por el temor a estar en contacto con ropa de algún enfermo de Covid-19.

El lugar es pequeño. Su entrada se oculta entre otros dos locales, uno de los cuales está desocupado. “No pudo resistir”, señala, haciendo alusión a los meses de bajas ventas y cierre por la emergencia sanitaria por el SARS-CoV-2.

Abierta al público desde hace 14 años, comenta que 2020 fue un año complicado, pues la gente al estar confinada en sus domicilios, no ensuciaba tanta ropa, pues no salían a trabajar, y no acudían en la cantidad que lo hacían antes.

Además, indica que trabaja para varios restaurantes en la limpieza de su mantelería, y al estar cerrados no necesitan el servicio. De igual forma, apunta que trabaja para salones de fiestas, antros y spas, los cuales también pararon actividades, y naturalmente no les mandaban su equipo para lavar.

Comenta que ello repercutió en la entrada de dinero al negocio, pues el trabajo disminuyó en un 50%. “El año pasado se estuvo sosteniendo por ahorros que teníamos, pero ya se acaban”, asevera.

Con el escenario B de contención y la disminución de casos de Covid-19, la clientela regresa poco a poco, aunque todavía no en la cantidad que había antes de la emergencia sanitaria.

Alrededor de la lavandería de Venecia se ubican principalmente tiendas de abarrotes y restaurantes, que poco a poco regresan a la normalidad, los que sobrevivieron a los meses de cierre, de parar actividades, de quedarse en casa ante el peligro de la pandemia.

Precisa que los clientes no han regresado en el número que tenían antes porque no todas las personas regresaron a trabajar a sus oficinas. Muchos hacen home office y no ensucian tanta ropa.

Mientras que a otros, que sí regresan a actividades presenciales, los obligan a no llevar ropa de tintorería, sino más casual. Dice que la ropa de tintorería, según le comentan, puede “cargar” con más tiempo el virus y propagarlo.

Sobre las medidas de sanidad para trabajar, Venecia explica que la ropa, cuando llega, se sanitiza. “El detergente que usamos también contiene sanitizante”, además de que explica que para tocar las prendas que llevaban los clientes lo hacen con guantes y desinfectan la ropa antes de comenzar a lavarla.

Venecia atiende a los clientes detrás de una pantalla de plástico, para evitar el contacto directo con ellos, que apenas entran un metro al interior del recinto. La ropa se pesa en unas básculas que tiene a un lado de la puerta. Posteriormente se extiende una nota y se acuerda una fecha para recoger las prendas lavadas, dobladas y, cuando el cliente lo pide, planchadas.

La pandemia causó estragos en la estructura de la lavandería, pues de las tres personas que empleaba en el lugar tuvo que prescindir de una, debido a baja de entradas y de trabajo.

Venecia está a la espera de que una carga de ropa termine el ciclo de lavado para pasarla a la secadora. Toma una de las bolsas para comenzar el trabajo. Al fondo de la lavandería una joven vigila el proceso de lavado. La mesa donde doblan la ropa está vacía, evidencia del poco trabajo que aún tienen en la lavandería, que hasta antes de la pandemia tenía mucho trabajo.

Agrega que, del mismo modo, no recibió apoyo de parte de ninguna autoridad, al igual que sus vecinos. Uno de ellos, dice, no resistió y tuvo que cerrar, mientras que otro se mudó de local a uno más chico, para lograr adaptarse a las nuevas circunstancias laborales.

La zona comercial de Quintas del Marqués es conocida por sus restaurantes, tiendas de abarrotes, ropa y otros negocios, como el de Venecia. Ahí, los vecinos de la colonia, y otras cercanas encontraban un lugar para comer, así como algún sitio que brindara un servicio que necesitaban.

Actualmente, se aprecia poco movimiento en el lugar. La reactivación económica aún no termina de llegar para estos comerciantes que han tenido que batallar.

Venecia explica que la pandemia afectó los planes para su negocio, comenzando con todos los ahorros del año pasado que usó para poder sostener la lavandería, esperando que este año mejorara.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria se destacó la limpieza que se debería de tener con las prendas de vestir al regresar a casa luego de salir a comprar víveres o a trabajar, para quienes no pudieron guardar el confinamiento en casa. Se hizo énfasis en que se debería de quitar la ropa exterior al entrar a casa y lavarla de inmediato, para evitar el ingreso del SARS-CoV-2 a través de las prendas de vestir.

En tanto, Venecia añade que las cosas no son como antes. Incluso, muestra cautela con las nuevas medidas sanitarias y el regreso generalizado a las actividades con ciertas reservas, pues considera que cuando las personas comiencen a salir en masa a las calles puede haber un aumento en los contagios, lo que derivaría que el estado regrese al Escenario C, en lugar de avanzar en la contención de la pandemia, o cuando las vacunas contra la Covid-19 se apliquen de forma masiva.

Venecia regresa a sus actividades. Está por terminar un ciclo de lavado en una de las lavadoras que tiene en su negocio. Espera que todo fluya positivamente. “Ojalá esto mejore”, puntualiza.

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