La nutrióloga Dulce Elizabeth Castillo Islas asegura que es evidente el aumento en el número de pacientes que llegan para someterse a una dieta, más que por vanidad, por salud, pues el sobrepeso y la obesidad es uno de los factores de riesgo para tener complicaciones en caso de padecer Covid-19.

La licenciada en Nutrición y egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), con más de 18 años de experiencia, explica que a muchas personas por el sobrepeso las mandaron a sus casas durante el inicio de la emergencia sanitaria por el virus SARS- CoV-2, que causa el Covid-19.

Argumenta que incluso personal de salud, encargado de atender a los pacientes enfermos, padecen de sobrepeso.

La consulta con Dulce comienza con la medición de presión arterial. Algo importante para conocer cómo se encuentra la persona.

Luego de hacer la medición, viene el encuentro con la báscula, fase determinante para conocer el estado completo de salud. Asimismo, toma las medidas corporales de los pacientes.

La especialista explica que no ha sido mucho el aumento de pacientes en estas semanas posteriores al regreso a la normalidad.

“Cuando empezó la pandemia sí bajó significativamente [el número de pacientes] y ahora se ha incrementado a como estaba antes. Desde antes a la pandemia hasta ahora, ha aumentado 35%”.

De acuerdo con información de la Secretaría de Salud (Ssa), en 2019, 70% de los adultos en México padecía sobrepeso u obesidad, condición que puede tener como consecuencia enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoartritis, así como algunos tipos de cáncer (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).

Dulce Elizabeth comenta que la mayoría de sus pacientes son adultos, pero que desde 16 años y hasta 50 llegan personas para que los ayude a controlar su peso.

“Antes de la pandemia ya traían algo [de sobrepeso], con la pandemia se agudizó un poco más.

“De 30 kilos que tienen que bajar, tendré como siete u ocho personas. Los demás son 15 o 10 kilos.

“Sí, ya te estorban porque tienes que cambiar dos tallas, pues 15 kilos son alrededor de dos tallas. Esa es a la gente que más le estorba.

“A los que tienen más sobrepeso, como ya están acostumbrados a estar así, es más difícil que crean que pueden bajar. Creen que nunca lo van a lograr, pero se puede”, destaca la nutrióloga.

Explica que muchos pacientes llegan con el interés de bajar de peso por recomendaciones o porque les han dicho que no es tan complicado bajar de peso con ella.

Una de las preocupaciones de los pacientes cuando llegan a consulta es la presión arterial, también una de las causas de vulnerabilidad ante la Covid-19, y que se asocia directamente con el sobrepeso u otros padecimientos como la diabetes.

Sin embargo, señala que nadie lleva 100% las dietas. Son pocas las personas que se someten rigurosamente al esquema.

“El estilo de vida que tenemos hace imposible que llevemos una dieta 100%, por eso trato de hacerle más flexible.

“Hay gente que dice que viene sólo cuatro consultas, para ver cuánto baja de peso, ya sea por economía o por otra cosa. Se buscan pretextos. Pero sí hay gente que dice: ‘Le voy a echar ganas, le voy a dedicar dos o tres meses de mi vida y logran el objetivo.

“Mi experiencia de 18 años me dice que la primera semana la hacen bien [la dieta], la segunda no, porque como vieron que ya bajaron se relajan, y vienen a la segunda consulta y bajan tres gramos.

“No hay nada como la constancia”, asegura.

Al final, dice Dulce, el compromiso es con los pacientes mismos, es por su bienestar y su salud. La gente debe de hacer conciencia, pues la disciplina para llevar un régimen alimenticio se verá reflejada en resultados en el corto plazo y no en más tiempo.

Además de la dieta, Dulce recomienda la actividad física para complementar los resultados del régimen alimenticio.

Un nuevo paciente llega. Es un joven de 1.80 metros de alto. Espera en una zona abierta mientras sale la otra paciente, quien recibe la dieta para la semana. Los resultados son buenos. Bajó de peso, grasa, medidas y su presión se encuentra en los parámetros saludables.

Antes de entrar el nuevo paciente, Dulce limpia el consultorio. Desinfecta las zonas de contacto, y en ningún momento se quita el cubrebocas mientras da consulta.

Se despide, con la promesa de la paciente de regresar a la siguiente semana para continuar con el programa de alimentación.

Fruta, queso, atún o carne roja en raciones moderadas, frutos secos, la dieta no es tan rigurosa, comenta la paciente que sale. Son las combinaciones y la actividad física.

Antes de la emergencia sanitaria por coronavirus, muchas personas no eran conscientes de su sobrepeso ni en cuánto daño le hace a su salud.

“Cuando [las personas] llegan y no han hecho la dieta me dicen: ‘Me vas a regañar’. Pero no los regaño, es su salud”, dice Dulce, quien lamenta que incluso entre el personal de salud haya quienes no se preocupan de su bienestar físico, más en estos tiempos, cuando la población vulnerable es la que más kilos tiene, sumado a las enfermedades crónico degenerativas relacionadas al mismo.

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