Querétaro, Qro.

La Navidad, temporada perfecta para demostrar el cariño por los seres queridos, de estar juntos, de vivir el amor y la paz... y de compras compulsivas, de llevar el regalo a esa tía a quien durante todo el año nunca se vio, pero que en Navidad se quiere mucho.

Primer reto: encontrar estacionamiento. Ya sea en las tiendas del primer cuadro capitalino o en alguno de los centros comerciales de la ciudad, la cantidad de personas que acuden en esta temporada a comprar o pasear hace la tarea complicada.

Si se tiene suerte, sólo se tendrá que dar vueltas media hora para aparcar. Los lugares cercanos a las entradas o los estacionamientos más céntricos son los más cotizados, los más buscados, e incluso los más peleados.

La cantidad de automóviles, por ejemplo, en las calles del Centro Histórico de Querétaro, deriva en tránsito lento y desesperación en algunos conductores.

Las aceras también son ocupadas por un gran número de personas que observan los aparadores de las tiendas de ropa, zapaterías, telefonía celular, entre otros giros socorridos.

Los queretanos aprovechan estas fechas para comprar ropa y algunos artículos necesarios, ya sea para el hogar o uso personal.

Segundo reto: Las cajas. En las tiendas departamentales las filas en las cajas son largas, avanzan lentamente y desesperan a los compradores. En uno de estos locales que vende por volumen, los clientes avanzan lentamente. Los pasillos son complicados para andar. Los electrónicos son parte esencial de las compras. Tabletas, laptops, smartphones, pantallas, son artículos buscados por las personas, que aprovechan los aguinaldos para hacerse de estos productos.

En algunos casos se pueden pasar hasta 30 minutos esperando el turno en la fila de la caja, donde un cajero desesperado y abrumado masculla un “buenas tardes”, mientras voltea a ver un reloj en la pared.

Por el sonido de la tienda se vocea que cierto cajero alcanzó una meta. A excepción de los empleados (o socios, como se les llama pomposamente) saben a qué se refiere el anuncio. A nadie parece interesarle. Todos están muy ocupados con sus cosas. Unos llenando los carritos, que en esas tienda son mucho más grandes que en otras, o incluso ponen a disposición de los clientes plataformas, para mayor comodidad.

Bebida en primer lugar

Algo que no puede faltar en las compras de esta temporada son los vinos y licores. Buena parte del tiempo que pasan dentro de las tiendas los clientes la pasan en esa sección. Los whiskys son los preferidos. Los tequilas, mezcales y rones, los más buscados para estas fiestas decembrinas, en las cuales los queretanos pasarán en familia las fiestas de fin de año, brindando por la paz y el amor.

Algunos otros productos son buscados. Chocolates, dulces, frutos secos, completan los antojos, además de lo esencial para hacer la cena. Romeritos, bacalao, pavo, pierna y lomo de cerdo, así como las pastas, cremas, y otros platillos que se degustarán. Apartar un pastel tampoco está de más.

Casi todo está listo para los festejos. Sólo faltan las piñatas y lo necesario para pedir posada. Velitas, luces de bengala, letanías, frutas para los aguinaldos, colaciones, aunque la modernidad también alcanza a estos tradicionales dulces, que poco a poco han sido sustituidos por dulces confitados.

Sin embargo, los dulces tradicionales siguen ocupando un lugar especial en las fiestas.

Por lo tradicional

Para esas compras nada mejor que los mercados públicos. La Cruz, Escobedo y Mercado de Abastos, son algunas de las opciones para los queretanos que tendrán posada tradicional en casa o con sus vecinos, pues dependiendo del lugar de residencia, las posadas se pueden celebrar en grupo.

Ya casi todo está listo. Sólo faltan los regalos de última hora para algunos familiares y hacer unas compras extras. Una chamarra, unos zapatos, un pantalón. No se puede pasar la ocasión para estrenar alguna prenda de vestir.

Para muchos, la ocasión no es más que unpretexto para dar rienda suelta al capitalismo brutal, a la fiebre de compras, de gastar, de los meses sin intereses, del regalo obligado.

Para otros más, muchos más, es la única oportunidad de estrenar, de comprar un par de zapatos, un vestido, un suéter, un abrigo. El resto del año el sueldo no alcanza, las deudas ahogan, la lucha por llegar a fin de mes se hace costumbre. Este tiempo es el único para poder hacer esos gastos.

Muchos visitan centros comerciales que no frecuentan durante todo el año. Estos días se deben aprovechar que hay dinero para comprar a la familia. No es una cuestión capitalista. Es una cuestión de necesidad, de tomar las ofertas, buscar el mejor precio. No lo más caro o lo de moda. Se trata de buscar la mejor opción, la más económica.

Todos son parte de una economía que en el último año, el primero de la cuarta transformación, creció 0%. De una economía que muchos analistas dicen está desacelerada.

Estos días poco o nada importa. Son tiempos para celebrar. Ya llegará enero con su cuesta, con sus Monte de Piedad, con sus deudas, con sus resacas de las compras, de las fiestas. Mientras, hay que abrazarse, quererse, reír. Mañana será otro día. Hoy sólo algo importa: ¡Feliz Navidad!

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