José Martínez recuerda que el sábado pasado fue un día complicado, pues a medianoche se amagaba con cerrar el espacio aéreo de Perú por la emergencia sanitaria del Covid-19, país en el que está varado el queretano, junto con una acompañante, y para lo cual pide ayuda a las autoridades del estado para regresar a casa.

No pudo salir de Perú a pesar de que acudió a la Embajada de México en ese país. Tendrá que permanecer en la ciudad de Lima de manera indefinida, mientras las condiciones de cuarentena se hacen más severas y se rumora que durarán hasta tres meses.

José habla vía telefónica desde Lima, donde ha pasado las últimas semanas de vacaciones. Su estadía en el país sudamericano sería del 9 al 17 de marzo, pero por la contingencia se ha prolongado, lo que lo ha puesto en aprietos económicos, cuya familia le envía dinero de manera esporádica para solventar los gastos del día a día.

El sábado 21 de marzo, narra, se reunieron aproximadamente 50 mexicanos afuera de la Embajada de México en Perú para pedir que los ayudaran a dejar el país antes del cierre del espacio aéreo por las medidas sanitarias que buscan evitar el avance del Covid-19.

En Perú, explica, hay aproximadamente 300 mexicanos varados, a quienes las medidas aplicadas por el gobierno peruano tomaron por sorpresa durante su estadía. Jamás imaginaron que una situación semejante les podía ocurrir. Jamás pensaron que las condiciones en el mundo fueran a ser tan radicales y extremas.

Las condiciones de José y su acompañante en Perú son tan apremiantes que incluso solicitó ayuda a la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Teresa García Gasca, para que intervenga por él ante el gobierno del estado y de la ciudad de Querétaro, a quien ya mandó también un video para que medien con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y los puedan trasladar a México.

“En este momento nos encontramos desesperados por no poder retornar a casa, esto para poder retomar la cuarentena en nuestro domicilio con familiares y amigos. A nombre de Yesenia Ortiz, Giulina y mío les agradeceremos el apoyo que desde nuestra ciudad hacen por nosotros”, explica en el video.

Dice que una visita al súper en Lima es complicado, pues tienen que hacer fila en la entrada, donde les toman la temperatura y los obligan a lavarse las manos. Dentro, hay que elegir entre los pocos productos que quedan, pues la mercancía comienza a escasear.

En Lima, señala, quedan cerca de 250 mexicanos, mientras que en la ciudad de Arequipa hay aproximadamente 20, e igual número en Cusco. No son los únicos con urgencia de salir.

La cuarentena en Perú se prolongará 15 días más. Periodo que José tendrá que pasar lejos de sus seres amados y de su país.

El licenciado en Administración de Empresas, egresado de la UAQ, explica en su carta enviada a la rectora García Gasca que llevan varados desde el 16 de marzo en Perú, sin posibilidades de regresar, y pide su intervención con las autoridades competentes para que los apoyen a regresar.

Recuerda que las primeras noticias de la contingencia sanitaria en Perú lo sorprendieron cuando estaba en la ciudad de Cusco, el domingo 15 de marzo, cuando cenando en ese lugar vieron a través de un noticiario que se decretaba emergencia sanitaria por el Covid-19, por orden del presidente Martín Vizcarra.

Al siguiente día, el regreso a Lima fue difícil: “Nos cancelan vuelos. Llegamos a Lima. El aeropuerto era un caos. Nos formamos en el módulo de Avianca, pero las filas eran interminables. Llegó el momento en que empezaron a sacar a toda la gente, cerraron módulos, la policía empezó a sacarnos y fue cuando encontramos a un grupo de mexicanos y fuimos a la embajada.

Ahí [en la embajada] nos tomaron nuestros datos, correos, teléfonos. Nos comentaron que iban a hacer todo lo posible para que se nos abrieran las fronteras y tuviéramos un vuelo comunitario”, narra, pero de eso ya pasó más de una semana.

Agrega que los pocos vuelos que salieron la semana pasada de Perú aumentaron sus costos el doble, así que para quienes los podían pagar no había mayor problema, pero para ellos que no cuentan con los fondos suficientes eso es imposible.

Por la noche, precisa, hay una especie de toque de queda, durante el cual ningún ciudadano puede estar en la calle sin justificación. La policía puede arrestarlos en caso de sorprenderlos.

Además, en el día, si quieren ir de compras lo debe hacer una persona por familia. En su caso, ya han sido dos las ocasiones en las cuales les llaman la atención por estar en la vía pública: “Es muy desesperante. Días, literal, en cautiverio, sin poder hacer nada”, detalla.

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