La ciudad de Querétaro, como muchas en el Bajío o la misma Ciudad de México, sufre de hundimientos silenciosos, afectando no sólo la infraestructura urbana, sino también las viviendas de las personas.
Las causas han variado con el tiempo, pues mientras que hace 50 años los hundimientos se debían principalmente a la extracción de agua del subsuelo, ahora las causas son más por el aumento de población y la instalación de industrias.
Rosario Vázquez Morales, profesora asociada C de tiempo completo en la ENES Juriquilla, adscrita en la Licenciatura de Ciencias de la Tierra, y con especialidad en vulcanología, explica que actualmente estudian el noroeste de la ciudad, una zona que abarca alrededor de 40 kilómetros, delimitada por el Libramiento Norponiente y el boulevard Bernardo Quintana. Al sur, San Pedro Mártir, y al norte, la zona del anillo vial Fray Junípero Serra.
En avenida de La Luz, explica la investigadora, detectaron el mayor hundimiento, con una deformación de 1.20 metros, prácticamente una zanja.
Lee también: Querétaro impulsa soluciones locales ante el cambio climático: Lupita Espinosa en el Festival Müi Geo
Los hundimientos en Querétaro, dice, es un fenómeno natural que dependiendo de la magnitud que pueda tener se considera o no peligroso.
“Lo mismo ocurre no sólo en la Ciudad de México, también aquí, en la ciudad de Querétaro, y en muchas ciudades del centro del país, sobre todo en el Bajío. El detalle es que en Querétaro se conocía de este proceso, que no se le llama hundimiento como tal, sino una subsidencia regional, debida principalmente a la extracción de agua de los acuíferos. Desde los años 60, 70 se empezaron a manifestar evidencias de que la extracción no regulada del agua del acuífero de Querétaro estaba provocando esta subsidencia o proceso de hundimiento sistemático de una gran superficie del valle de Querétaro”, explica.
En el caso de los hundimientos silenciosos son aquellos sitios que han detectado en los que se está dando un tipo de hundimiento con un impacto o una tasa de deformación o de hundimiento mucho menor que el detectado en el centro y sur de Querétaro, pero que está ahí, y que poco a poco se ven más evidencias de que está ocurriendo, quizá no por las mismas causas que hace 50 años, pero es peor, porque las causas que han encontrado actualmente son por el impacto de la actividad humana.
Señala que, de cinco años a la fecha, tiempo que lleva circulando por avenida de La Luz, se percatado de la forma en la que la se iba deformado el suelo, formando en algunas partes una especie de cuneta, algo que no es normal, a pesar de la cantidad de autos que circulan en la zona. La mayoría de las personas, cuando ven estas situaciones, creen que es porque la obra está mal hecha o se usaron materiales de mala calidad. Aunque en algunos casos pudiera ser así, no siempre es cierto.
Te podría interesar: ¿Sabías que hay un volcán en Querétaro? Descubre su ubicación
Indica que en Querétaro y el Bajío tienen condiciones para que se presenten estos fenómenos. Toda la zona, hace millones de años, era una región volcánica. De hecho, El Cimatario, La Joya, El Zamorano son volcanes, por lo que los materiales del suelo y subsuelo son volcánicos, y con diferentes consistencias, desde materiales pétreos, como la lava, hasta materiales que se erosionan fácilmente, como la cantera, o ignimbrita, que básicamente es una matriz de ceniza con fragmentos de otras rocas volcánicas que se solidificaron lentamente y no es tan duro.
“En la ciudad de Querétaro hay muchas condiciones naturales que predisponen a que ciertas áreas puedan sufrir de erosión subsuperficial. No sabemos o no nos percatamos de que en época de lluvias o si hay alguna fuga en una tubería, esa agua que está saliendo continuamente poco a poco empieza a erosionar el material que está debajo de la superficie, creando oquedades, por eso se forman los socavones.
Lee también: Investigadora de la UAQ desarrolla proyecto con larvas de insecto para degradar plásticos
“Otro detalle que hemos encontrado es que, debido a la expansión urbana, sobre todo en esta zona, en la cual han abierto muchas naves industriales, muchos fraccionamientos nuevos, desafortunadamente, quizá porque no se hicieron los estudios necesarios, está provocando que haya deformación, leve pero constante en el terreno, manifestándose en el agrietamiento de la infraestructura urbana, no sólo de las calles, sino también de las casas, los edificios, carreteras, las propias tuberías que se rompen constantemente”, enfatiza.
Precisa que en al menos tres lugares de los que han estudiado descubrieron que, en el pasado, eran bancos de materiales para construcción, de donde se extraían arenas y gravas. Con el crecimiento de la población de la ciudad y ante la necesidad de vivienda, como estos bancos de materiales estaban abandonados, sólo los rellenaron y construyeron sobre los mismos.