Nuestras Historias

Getsemaní conserva el espíritu del rock en Carrillo

La banda mantiene viva su esencia desde hace más de 40 años y convierte la música en un lazo familiar. Los integrantes hacen de cada presentación un encuentro de amistad

FOTO. DOMINGO VALDEZ
14/11/2025 |08:19
Domingo Valdez
Corresponsal en QuerétaroVer perfil

El grupo de hombres se reúne en el fondo de un taller mecánico. Entre una pick up Chevrolet y una combi, hablan de las anécdotas que desde hace más de 40 años han vivido en Getsemaní, primera banda de rock de Carrillo y que sigue en activa, usando a la música como forma de cohesión social y familiar.

La banda y sus acompañantes comienzan a llegar al lugar de la cita poco a poco. Tienen otros empleos o son jubilados. Todos llevan algo para la velada. Refrescos, carne tártara, cerveza, una buena combinación para hablar de una trayectoria que incluye compartir escenario con Arturo Meza, una de las leyendas del rock nacional.

Surgidos en 1984, cuando Pedro Suasti, baterista y vocalista, y Luis Ramírez, bajista y primera voz, primos se reunieron para formar una banda para divertirse, nunca lo hicieron o pensaron como un negocio. Ríen cuando se les pregunta su edad, pero responden con orgullo: Pedro tiene 61 años y Luis, 60.

Lee también:

Junto con ellos se encuentra Gabriel Juárez, tecladista. Dice que se integró hace poco con ellos. Apenas hace siete, ocho años. “Aquí estamos participando en la banda junto con ellos. Son mis amigos desde hace muchos años. Yo tengo 55 años, soy de aquí, originario del barrio de Carrillo”, destaca.

Tocan rock urbano, siempre haciendo homenaje a bandas nacionales e internacionales, como Creedence. Hace poco, narra Pedro, su primo le enseñó unas pistas para comenzar a armar su propia música, aunque desde el inicio la banda era un hobbie, no tanto por negocio, ahora les pagan por tocar. El Tri, Caifanes, rock urbano, es lo que suelen incluir en su repertorio.

Luis recuerda que cuando empezaron a tocar, a los 13, 14 años, lo hicieron en un templo por invitación. No sabían tocar, pero empezaron en ese lugar. Vieron que tenían cualidades para la música, e hicieron una rondalla. Después vino el rock.

FOTO. DOMINGO VALDEZ

En ese tiempo era difícil salir a tocar, pues no tenían instrumentos, pero una persona se endeudó para comprarles el equipo. “No lo hicimos como negocio porque no lo veíamos como tal. Lo hacíamos por gusto y así empezamos a echarle muchas ganas. Tocábamos porque nos gustaba hacer lo que hacíamos y nos invitaban a muchos lugares a tocar, y nos pagaban”, narra.

La primera vez que se presentaron y les pagaron fue en la boda de un amigo, en Carrillo, donde les fue muy bien. En ese entonces no tenían competencia, no había tantas agrupaciones como ahora, así que toda la escena musical era de ellos. Empezaron a tener fama, porque interpretaban música que no se escuchaba en Querétaro y en México, logrando la aceptación de la gente. Gracias a eso, los invitaban a Guanajuato, Michoacán, Hidalgo, Estado de México, y en Querétaro prácticamente tocaron en todos lados.

Aunque tenían ocupado su tiempo en el grupo, todos tenían sus profesiones y oficios. Pedro es docente jubilado, mientras que Luis es chofer. De sus trabajos “salía” para comprar el equipo, pues cada quien era responsable de la adquisición de sus cosas.

Te podría interesar:

Imborrables memorias

Los recuerdos de sus inicios también son un viaje al pasado de Carrillo, uno de los barrios más emblemáticos de la capital queretana.

Pedro narra que desde entonces el barrio tenía su “mala fama” de ser peligroso, “sigue siendo, pero en aquel tiempo era un pueblo, con sus barrios, con sus bandas ochenteras de aquella época, pero creo que nunca tuvimos ningún tipo de problema con ellos, con las bandas. Al contrario, creo que siempre nos respetaron, siempre nos invitaban a las tocadas de aquella época. Carrillo siempre será Carrillo y va a tener su buena o mala fama. La verdad es que estoy orgulloso de mi pueblo”, abunda.

Luis añade que en aquella época no había muchas bandas de rock en la zona. Carrillo era el primer lugar a donde llegaban las agrupaciones, como Tree Soul, Paco Gruexo y últimamente los Dug Dug’s. El lugarfue pionero en la escena rockera. También se presentaban grupos de Guanajuato.

A pesar de la represión al rock, tras el festival de Avándaro, y pese al estigma, ellos nunca tuvieron problemas con las autoridades, e incluso gozaron de mucha difusión. Ahora, precisa, hay más represión en estos tiempos, ya que han sabido de conciertos suspendidos por las autoridades. En Carrillo nunca han visto zafarranchos.

Lee también:

No sólo los músicos forman parte de la banda. Alrededor hay otras personas clave, como Felipe Rosales, quien se autonombra un seguidor del grupo desde el principio. Con el tiempo, se “ganó el nombre de representante”, gracias a su dedicación durante las giras.

Getsemaní también fue un grupo versátil, pero luego regresó, quedándose ya con ese género musical. La música.

Quetza, saxofonista de la banda, señala que la música ayuda a la cohesión social, a crear vínculos entre la gente del barrio. Además de las tocadas públicas, tienen tocadas familiares, en las fiestas de los parientes de ellos mismos.

Ellos mismos se ven como familia dentro de la banda, pues son del mismo barrio y siguen la misma dinámica de sus antecesores, esos lazos, vínculos que los unen de toda la vida al ritmo del rock.

Te recomendamos