Como hace más de 30 años, los habitantes de Santa María Magdalena celebran a su patrona con la Feria del mole y la tortilla. Cientos de personas se reúnen para degustar el mole, arroz y tortilla que los vecinos de la comunidad elaboran para los visitantes.

La plaza central de la comunidad se viste de fiesta, la más importante del año. La banda de música toca y al ritmo de sus notas las mojigangas bailan, alegrando la tarde de los cientos de visitantes a Santa María.

Foto: Fernando Camacho
Foto: Fernando Camacho

Si bien en la plaza principal se realiza la Feria del mole y la tortilla, en las calles aledañas los vecinos también ofrecen mole, arroz y tortillas a los visitantes. La fiesta es de toda la comunidad.

Los visitantes deben sortear, para llegar hasta la parroquia de Santa María Magdalena, el congestionamiento vial que se genera por el cierre de calles alrededor del recinto religioso.

Desde más de una hora antes de la hora pactada para el inicio de la feria y el reparto del mole la fila de personas ya es larga. Llega hasta la calle Juárez. Todos los asistentes llevan su plato, su cuchara y su vaso.

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Una de las participantes de la feria es Rosa Quintana, originaria de Santa María Magdalena, quien ha estado en varias ediciones del evento, que ya supera los 30 años de existencia.

“Los que iniciaron esta tradición, este evento ya fallecieron. Nosotros seguimos esta tradición. Viendo la asistencia de nuestros visitantes nos animamos a preparar y regalar el mole. Eso es lo que nos motivó para estar presentes”, indica.

Recuerda que la primera vez que se hizo este evento no era como es ahora. Dice que era porque a los grupos juveniles de la parroquia les tenían que dar de comer. Hubo tres personas, doña Lupita, doña Esther y otra que no recuerda su nombre. Ese día se les dio de comer a las personas que llegaron a la comunidad a la celebración de Santa María Magdalena y que llegaron de diferentes lugares.

Foto: Fernando Camacho
Foto: Fernando Camacho

“Ahí se dieron cuenta que no estaban preparados para esa visita, pero se les atendió como tal. De ahí se vino esta tradición. Estamos celebrando a nuestra patrona. El templo va a cumplir este año 30 años de ser parroquia. Entonces se ha dado a conocer mucho como tal. No lo vemos como un negocio, sino que vemos también la alegría que nos da que muchos visitantes estén con nosotros”, precisa.

Otra de las participantes es Ana Gabriela García García, de profesión educadora de preescolar, dice que ella y su familia tienen muchos años dando mole a los visitantes. “Año con año preparamos el mole para la fiesta patronal”.

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Narra que para la elaboración del mole dedican un día para limpiar el chile y quitarle las semillas. Al siguiente día se doran las especias. Luego, 24 horas después, se van al molino, lo sazonan y se queda en pasta, para luego ponerle el caldo de pollo para que tenga la consistencia tradicional del mole. El arroz también lleva caldo de pollo.

En el proceso participa toda la familia, usando la receta original de su abuela. A su madre, Estela García Olvera, su abuela, Engracia García Luna (quien falleció hace 20 años) le enseñó la receta. Ahora, sus cuñadas, hermanas y primas participan en la elaboración del mole.

Para Ana Gabriela y su familia, como residentes y originarios de Santa María Magdalena, “es una emoción muy bonita porque es el nombre de nuestra patrona y es el nombre que lleva el lugar donde vivimos. Para nosotros es un día muy especial porque es fiesta”.

La joven dice que hicieron mole y arroz para alrededor de 200 personas. Todo lo que hicieron para este día fue elaborado con leña. Las tortillas son de maíz negro. Agrega que cocinar es un ritual, además de que está hecho con mucho cariño y amor. Siempre tratan de que todo quede sabroso, que guste a los comensales, por lo que ponen mucho empeño en su elaboración, y que todo salga como les gusta. En la elaboración del mole, además de mantener viva la Feria del mole y la tortilla, Ana Gabriela y su familia mantienen vivo el legado de doña Engracia.

Son casi las 14:30 horas. Hay autoridades del municipio de Querétaro, entre quienes se encuentra la titular de la delegación Felipe Carrillo Puerto, Sandra Diez Alvarado; Manuel Aguado Romero, en representación de la Secretaría de Turismo local, y el padre José Luis Villanueva, párroco de Santa María Magdalena, quien bendice los alimentos que se repartirán entre residentes y visitantes.

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Tras la bendición, los comensales pasan a los diferentes puestos de mole. Lo hacen poco a poco, para evitar aglomeraciones. Entran por un costado de la plaza y salen por el otro.

Manuel Jiménez y su familia están en otro de los puestos. Participan desde hace 10 años en la feria. Dice que además llevan a cabo una carrera ciclista y pedestre, pero lo principal es el mole y la tortilla.

Manuel invita a la gente de todo el país a visitar la feria en futuras ediciones, para que prueben el mole de Santa María Magdalena, así como las tortillas hechas a mano y cuyo sabor es único. Comparte que sábados y domingos venden mole, para degustarlo todo el año.

Pasan de las 15:00 horas. La fila de comensales aún es larga. Avanza poco a poco, pero todos resisten con paciencia. Tendrán su recompensa, con todo el sabor tradicional de Querétaro y en particular de Santa María Magdalena.

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